Valoración de la reforma del Plan General de Contabilidad y PGC-Pymes

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Ferrán Rodríguez

Doctor en Ciencias Económicas

Valoración de la reforma del Plan General de Contabilidad y PGC-Pymes.

Como ya es sabido, los principales aspectos de la reforma contable de 2016 se centran en tres aspectos principales:

  • Simplificación de las obligaciones contables para las Pymes;
  • Modificación de las NRV en lo referente a los intangibles de vida útil indefinida que, con la reforma, han desaparecido pasando todos los intangibles a ser de vida útil definida, y
  • Revisión de las NOFCAC, principalmente para su adaptación a algunas cuestiones novedosas en materia contable como, por ejemplo, en lo referente al fondo de comercio de consolidación (cuya vida útil ha pasado a ser definida) y nuevas dispensas en la obligación de consolidar, algunas vinculadas al concepto de entidades de interés público (EIP).

La cuestión más destacable es que, si bien es cierto que la simplificación de las obligaciones contables para Pymes ha supuesto una mejora importante para este castigado tipo de empresas, no es menos cierto que, en mi opinión, se debería de haber realizado un esfuerzo mayor en dicha simplificación.

Posiblemente las más significativas sean las de la eliminación de la obligatoriedad de formular el estado de cambios en el patrimonio neto (ECPN) y el aumento de las magnitudes para poder aplicar el PGC de Pymes que se han igualado, nuevamente, con las de la posibilidad de formular cuentas anuales abreviadas.

Pero aun así, aspectos como, por ejemplo, el tratamiento contable del impuesto sobre beneficios y del arrendamiento financiero suponen una carga administrativa importante para este tipo de empresas lo que conlleva que, en ocasiones, éstas “descuiden” la normativa contable en beneficio de la tributaria para así evitarse este tipo de cargas administrativas, y ello en detrimento de la obligada imagen fiel contable. Lo que puede provocar algún perjuicio a los responsables de las entidades: los administradores.

Por lo demás, entiendo que se trata de modificaciones formales que tratan de conseguir, cada vez más, la deseadísima transparencia de la información contable así como de la consecución de la recurrente imagen fiel. Pero… ¿podemos saber qué es realmente la imagen fiel o nos estamos perdiendo en un mar de elucubraciones contables por las que el árbol no nos deje ver el bosque?

No obstante, los contables vivimos de ello.