A través del periodo de carencia, el titular de una hipoteca puede mejorar su liquidez reduciendo o aplazando el pago de las cuotas.
En primer lugar, ¿qué es o cuál es el significado de periodo de carencia en una hipoteca? ¡Te lo explicamos de forma sencilla! El periodo de carencia en una hipoteca es un acuerdo al que llegan el titular y el banco para aplicar una reducción de las cuotas (habitualmente, la rebaja suele rondar el 50%) o aplazar por completo los pagos durante un determinado período de tiempo. En el primer supuesto, el propietario deberá seguir abonando los intereses de la hipoteca mientras dure el periodo de carencia, mientras que en el segundo (término también conocido como congelar la hipoteca o congelación de la cuota hipotecaria) no se tendrá que pagar nada durante el tiempo estipulado que, normalmente, suele oscilar entre los seis meses y los cinco años.
Hay que tener presente que, una vez finalizado el periodo de carencia, el titular habrá de hacer frente a los pagos demorados, es decir, que la cuota que existía anteriormente probablemente aumentará.
El periodo de carencia se enmarca dentro de las ayudas a las hipotecas que ofrecen las entidades bancarias para facilitar el acceso a la vivienda. Esta medida, junto con otras como los préstamos con avales, busca aliviar la carga financiera de los compradores, especialmente en los primeros años de la hipoteca, cuando los gastos asociados a la compra de la vivienda pueden ser más elevados.
Es importante recordar que cada entidad financiera tiene sus propias condiciones para el periodo de carencia, por lo que es recomendable comparar diferentes ofertas antes de tomar una decisión.
Por qué solicitar un periodo de carencia en la hipoteca
Normalmente, la persona que solicita al banco un periodo de carencia en su hipoteca acredita que está atravesando por una fase transitoria de dificultades económicas. Los casos más habituales en los que se solicita un periodo de carencia son:
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Problemas de liquidez. Es frecuente que, al inicio del préstamo hipotecario, el propietario pueda no tener la capacidad suficiente para abonar las cuotas al tener que afrontar los costes asociados a la compra de una vivienda.
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Situación de desempleo. Si a lo largo de la vida del préstamo hipotecario el titular se queda sin trabajo sus ingresos se resentirán, mermando su capacidad de pago.
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Reformas en la vivienda. Si el propietario quiere acometer obras de reforma en su vivienda es probable que tenga que solicitar un periodo de carencia para poder pagar los gastos.
Cómo solicitar la carencia en una hipoteca
El mecanismo más sencillo para solicitar un periodo de carencia es consultar formalmente con el banco y negociar si es posible conseguirlo. La entidad estudiará la situación financiera del titular y decidirá si otorga una exención temporal en el pago de las cuotas. Si finalmente acepta, habrá que realizar una novación de hipoteca, que servirá para definir los nuevos términos de la hipoteca. ¿Cuáles son los gastos de una novación hipotecaria? El cliente tiene que pagar la tasación de la vivienda y la comisión por novación.
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La otra posibilidad para conseguir un periodo de carencia en la hipoteca está reservada a las situaciones en las que la economía personal del titular se ha empeorado mucho, impidiéndole poder abonar las cuotas. En ese caso, puede acogerse al Código de Buenas Prácticas, de modo que el banco le aplique un periodo de carencia a su hipoteca de entre dos a cinco años. En este supuesto, el cambio en el contrato hipotecario no conlleva ningún coste para el titular y permite, por ejemplo, que se alargue el plazo y que se aplique un tipo de interés más bajo, de manera que le resulte más fácil hacer frente a las cuotas.
Ejemplo de periodo de carencia en una hipoteca
El Banco de España ofrece un simulador de hipoteca que permite calcular las cuotas de un préstamo hipotecario en cualquier escenario en el que se solicite un periodo de carencia.
En el caso de, por ejemplo, una hipoteca a tipo fijo del 1,5% a 30 años por un importe total de 150.000 euros, y en el que se solicitan 3 años de carencia. Durante ese periodo, las mensualidades serían de 187,50 euros.
Una vez se abonen las 36 cuotas por ese importe, durante el resto de periodo de amortización de la hipoteca habría que abonar 563,31 euros cada mes.
¿Existen otras alternativas al periodo de carencia?
Existen otras posibilidades que puede valorar el titular de una hipoteca antes que solicitar un periodo de carencia. Entre ellas, cabe destacar:
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Rebajar el tipo de interés. Si el banco acepta esta medida, la cuota de la hipoteca se reducirá.
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Ampliar el plazo. Aunque se abonarán más intereses a largo plazo, también se conseguirá una reducción en la cuantía de las cuotas.
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Pedir una moratoria. En una moratoria, el banco no cobrará ninguna cuota al cliente ni se generarán intereses. Se concede en casos muy excepcionales.
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