Cuando se termina de pagar la última cuota de la hipoteca, el cliente todavía debe hacer frente a algunos trámites para dejarlo todo resuelto. Además, terminar de pagar la hipoteca también supone una oportunidad para fijarse otros objetivos económicos ya que la situación de sus finanzas personales se habrá aliviado de manera importante.
Trámites y documentos al finalizar la hipoteca
Una vez se ha abonado la última cuota de la hipoteca, es posible realizar su cancelación registral. Aunque no es obligatorio este paso sí que es recomendable, por ejemplo, si se quiere vender la casa en el futuro (para dejar constancia de que está libre de cargas) o si se quiere solicitar una hipoteca para comprar una segunda vivienda.
Para efectuar la cancelación registral de la hipoteca es necesario realizar los siguientes pasos:
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Pedir al banco un certificado de deuda cero en el que queda constancia de la cancelación económica de la deuda. Solicitar este documento es gratuito.
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Ir al notario y entregar el certificado de deuda cero para que pueda preparar la escritura de cancelación y contactar con el banco para que este envíe a un representante. Este proceso puede tardar unos días.
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Acudir a la delegación de la comunidad autónoma en la que se ubique la vivienda y cumplimentar el documento de Actos Jurídicos Documentados (IAJD), que está exento de pago.
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Ir al Registro de la Propiedad con el certificado de deuda cero, la escritura de la vivienda y una copia del IAJD y proceder a la cancelación de la hipoteca. Este trámite tiene el coste de tener que abonar los aranceles registrales.
Y, ¿cómo llevar a cabo la cancelación registral de la hipoteca? Es posible cancelar la hipoteca de tres maneras: por tu cuenta, delegando en el banco o contratando una gestoría.
Transcurridos unos días, es conveniente solicitar una nota simple actualizada en el Registro de la Propiedad para comprobar que la vivienda se encuentra libre de cargas.
Hipoteca pagada: ¿Qué hacer ahora para optimizar tus finanzas?
Terminar de pagar la hipoteca significa reducir de manera sensible el endeudamiento de una persona. Por ello, es posible marcarse nuevos objetivos financieros. Entre las posibles opciones que se presentan, se encuentran:
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Adquirir una segunda vivienda y solicitar una nueva hipoteca. Quizás ha llegado el momento de comprar una segunda residencia.
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Abrir una cuenta remunerada. Puede ser una buena opción o, si se prefiere, abrir una cuenta de ahorro, para intentar sacar mayor rendimiento a los ahorros.
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Revisar el pago de los seguros.
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Cambiar el coche. Ahora que no hay que hacer frente mes a mes al pago de la hipoteca, puede ser un buen momento para adquirir otro coche o uno mejor. El renting de coches para particulares puede ser una buena alternativa a la compra de un coche, ya que no necesita un gran desembolso inicial, es decir, la fórmula de pago será mensual.
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Reformas para aumentar el valor de la vivienda. Con una gran reforma o mejoras puntuales en el hogar no solo lograrás vivir mejor, además revalorizarás la vivienda.
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Emprender un negocio. Disponer de un mayor alivio financiero puede servir para poner en marcha un proyecto empresarial que estaba pendiente. En el caso de necesitar más financiación, es posible recurrir a un préstamo personal.
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Aumentar el fondo de emergencia. Un fondo de emergencia es una red de seguridad económica para afrontar con solvencia potenciales acontecimientos inesperados como, por ejemplo, el pago de una operación sanitaria. Disponer de una mayor liquidez puede permitir incrementar este fondo pensando en cualquier incidencia en el futuro.
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Liquidar deudas. Si se tiene un préstamo personal en activo, este puede ser un buen momento para completar su devolución e incrementar todavía más la capacidad de endeudamiento pensando en afrontar otros gastos importantes más adelante.