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La primera hipoteca, ¿qué tener en cuenta?

Carlos S. Ponz - 26/08/2024
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Comprar una vivienda es una de las decisiones más importantes que se toman a lo largo de la vida debido a la gran inversión que supone. Por ello, antes de solicitar financiación e intentar contratar una hipoteca hay que informarse correctamente sobre los diferentes tipos de préstamos hipotecarios que existen y conocer cuál es la solvencia económica del futuro propietario.

¿Cuál es mi solvencia económica?

A la hora de solicitar una hipoteca es primordial hacer un análisis presente y un cálculo futuro de las cuentas del comprador. El tipo de vivienda que vamos a comprar estará determinado por la situación económica y la estabilidad laboral, dos aspectos determinantes para conocer qué casa podemos comprar con nuestro salario. Para ello, hay que tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • No destinar más del 30% de los ingresos mensuales al pago de la cuota hipotecaria.

  • Contar con una cantidad ahorrada de, como mínimo, el 20% del precio total de la vivienda.

  • Disponer de entre el 10% y el 15% del valor total para los gastos asociados a la compra de la vivienda (la notaría, los impuestos y los gastos de la hipoteca, entre los que están la tasación de la vivienda y la comisión de apertura. Banco Sabadell no aplica esta comisión a sus hipotecas).

Tipos de hipoteca

Antes de contratar una hipoteca hay tres aspectos fundamentales a tener en cuenta: el capital, el interés y el plazo. El capital es el dinero que la entidad bancaria presta al comprador; el interés, que puede ser fijo o variable, es el porcentaje que se debe pagar al banco por el dinero prestado; y el plazo es el tiempo en el que se firma que se devolverá el capital prestado más los intereses.

Las hipotecas se pueden clasificar atendiendo a distintos factores, pero el criterio más común es dividirlas en función del tipo de interés. Así, existen:

  • Hipoteca fija. El interés se mantiene igual durante toda la vida del préstamo hipotecario. Esto significa, en la práctica, que no está sujeto a las variaciones del índice de referencia, que en España es habitualmente el euríbor. Por regla general, una hipoteca a tipo fijo ofrece unos tipos de interés más elevados que las hipotecas a tipo variable y cuenta con un plazo más reducido.

  • Hipoteca variable. La cuota sube o baja en función de la evolución del índice de referencia. A diferencia de la hipoteca fija, que ofrece seguridad porque es inalterable al mercado, la hipoteca variable está sujeta a cambios que se produzcan en los mercados.

  • Hipoteca mixta. Es una mezcla entre las dos hipotecas anteriores, ya que durante los primeros años del préstamo se aplica un tipo de interés fijo y, posteriormente, se pasa a uno variable. En la primera etapa de vida de esta hipoteca la cuota es siempre la misma y, pasado un tiempo, se aplica un tipo de interés variable, que se calcula sumando al índice de referencia un diferencial. Puedes analizar las opciones disponibles con el simulador hipotecario para estimar cuotas y plazos de forma precisa.

Ventajas e inconvenientes de cada hipoteca

Cada hipoteca tiene sus ventajas y sus inconvenientes según varios factores como la solvencia económica del futuro propietario, el importe y el plazo de amortización del préstamo. Para elegir qué tipo de hipoteca encaja mejor con las necesidades del propietario, lo más adecuado es dejarse aconsejar por los expertos, ser conscientes de la situación financiera y del proyecto de vida particular, siendo realistas y teniendo siempre en mente que un préstamo hipotecario es un compromiso a largo plazo.

1 El resultado de esta simulación será de carácter publicitario y orientativo basado en datos provisionales. Para elaborarla, nos basaremos en las condiciones actuales del mercado y en los datos que nos facilites a través de las próximas pantallas. Si deseas solicitar una hipoteca una vez veas el resultado de tu simulación, deberás contactar con nosotros para obtener más información y recibir tu oferta personalizada.

Fotografía d'Oliur en Unsplash

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Ahorro, inversión y jubilación   - 25/04/2025

5 errores que hay que evitar para disfrutar de la jubilación Banco Sabadell, Publicidad

Planificar la jubilación es clave para poder disfrutar en el futuro de un retiro profesional tranquilo y sin sobresaltos. Para evitar cometer errores que tengan un impacto económico en la jubilación es fundamental realizar una adecuada planificación financiera según los objetivos marcados. A continuación, vamos a analizar algunos de los errores más habituales que se deben evitar para disfrutar de una jubilación tranquila y satisfactoria.

¿Cuáles son los errores que conviene evitar para disfrutar de la jubilación?

Realizar una adecuada planificación de la jubilación es clave para garantizar la estabilidad financiera del futuro. Algunos errores comunes son no empezar a ahorrar a tiempo o no diversificar ingresos. Aquí algunos ejemplos: 

1. No planificar financieramente la jubilación

Los expertos recomiendan empezar a ahorrar y a invertir de manera constante lo antes posible, ya que de este modo se contará con un mayor margen de tiempo para favorecer el ahorro para la jubilación. Además, se suele recomendar diversificar las fuentes de ingreso, combinando el ahorro con otros productos con los que intentar obtener rentabilidad, como por ejemplo, los planes de pensiones.

No planificar financieramente la jubilación puede ocasionar una mayor dificultad para que una persona pueda mantener su nivel de vida una vez afronte el retiro profesional. Además, es posible que esto provoque que tenga que reducir algunos de sus gastos o que, en el peor de los gastos, tenga que desprenderse de parte de su patrimonio.

2. Comenzar a ahorrar tarde

Es frecuente que se empiece a ahorrar demasiado tarde pensando que la jubilación queda muy lejos. La experiencia dice que cuanto antes se comience, mayor será el colchón y menores las preocupaciones que nos persigan o puedan surgir en un retiro que, ante todo, debería ser calmado. Existen diferentes productos de ahorro diseñados de manera específica para planificar económicamente la jubilación.

Preparar económicamente la jubilación cuanto antes permite ahorrar poco a poco y con constancia, a través de aportaciones periódicas. Además, ofrece un mayor margen de tiempo para poder utilizar el ‘poder’ del interés compuesto, es decir, de generar intereses a través de la inversión de las plusvalías que se generen. Finalmente, también aporta al ahorrador un mayor margen para diversificar en diferentes productos de inversión, como depósitos o fondos de inversión.

3. No tener en cuenta la inflación

La inflación puede erosionar el poder adquisitivo de los ahorros, sobre todo en el largo plazo, por lo que no considerar la tasa de inflación al planificar la jubilación puede hacer que, en el futuro, el dinero ahorrado haya perdido valor si no se ha hecho nada con él. Existen productos financieros que suelen replicar mejor a largo plazo el comportamiento de la inflación, como los fondos de inversión, así como la propia inversión en acciones.

Tradicionalmente, los precios en el sector inmobiliario también han sabido recoger el aumento de la inflación con el paso del tiempo, por lo que puede ser una buena decisión invertir en la compra de una vivienda y financiarla a través de una hipoteca pensando en complementar económicamente la jubilación el día de mañana.

4. No pensar en las distintas etapas de la vida para adaptar el plan de ahorro

La capacidad de ahorro de una persona cambia a lo largo de su vida en virtud de cómo evolucionan sus ingresos y, también, sus gastos. Por ello, es oportuno que las perspectivas de ahorro de cara a la jubilación se adapten a cada situación personal, sin perder de vista los objetivos económicos marcados para el largo plazo.

Por regla general, una vez se entra en el mundo laboral las personas afrontan diferentes etapas desde el punto de vista financiero:

  • Inicial hasta los 30 a 35 años. Los ingresos suelen ser bajos, aunque a medida que el salario crece estos aumentan. Por el contrario, los gastos también se estabilizan ya que la persona acaba de emanciparse y habitualmente vive sola.
  • Desde los 35 hasta los 55 años. Es una etapa clave ya que es frecuente que sea el momento de decidir la adquisición de una vivienda y formar una familia. La mayor parte de los gastos se destinarán tanto a cubrir las necesidades de la economía doméstica como a abonar las cuotas del préstamo hipotecario.
  • Desde los 55 años hasta la jubilación. Es la etapa de la consolidación profesional. Los ingresos se han estabilizado y el volumen de gastos se reduce, en ocasiones, sensiblemente, debido a que los hijos se emancipan. Es probable que se incremente el nivel de ahorro de manera relevante, teniendo presente que el retiro profesional está cercano.

5. No contar con los gastos de salud

A medida que se envejece, los gastos relacionados con la salud tienden a aumentar. Sin embargo, existen personas que los subestiman, es decir, que no tienen en cuenta el coste de los tratamientos médicos, los medicamentos o de la posible necesidad de asistencia o cuidado a largo plazo. Todos ellos pueden suponer un gasto significativo que no sea posible cubrir con el ingreso de la pensión de jubilación.

Además, es importante considerar tener un seguro de salud adecuado y, si es posible, contar con un fondo especial para gastos médicos. También puede ser una buena idea llevar un estilo de vida saludable, hacer chequeos regulares y mantenerse activo físicamente. Dejar estos aspectos al azar puede generar una gran incertidumbre y estrés durante la jubilación.

Fotografía de Vlad Sargu en Unsplash


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