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Revisar la cuota de la hipoteca: cuándo y cómo se hace

Banco Sabadell, Publicidad - Fri Dec 27 16:10:25 CET 2024
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La cuota de las hipotecas a tipo variable y de las hipotecas mixtas se revisan cada cierto tiempo. Esta revisión se hace en función de la evolución del índice de referencia al que están referenciadas y que, en España, suele ser el euríbor. A continuación, explicamos en detalle cuándo y cómo se revisa la cuota de una hipoteca.

¿En qué consiste la revisión de una hipoteca?

Una revisión de la hipoteca es un proceso que se realiza de manera periódica para actualizar el valor de su índice de referencia. El índice de referencia de una hipoteca es el dato que el banco utiliza para calcular el tipo de interés aplicable en cada revisión de la hipoteca variable o mixta. Es posible calcular el coste y las principales características de una hipoteca en cualquier momento a través del simulador de hipotecas de Banco Sabadell.

¿Qué hipotecas deben revisarse periódicamente?

En función del tipo de interés, existen tres tipos de hipotecas: 

  • Hipoteca a tipo fijo. El interés no varía durante toda la vida del préstamo hipotecario, lo que significa que las cuotas de una hipoteca fija no se revisan en función de un índice de referencia.
  • Hipoteca a tipo variable. Las cuotas suben o bajan de acuerdo con la evolución del euríbor, por lo que una hipoteca variable sí se revisa de forma periódica.
  • Hipoteca mixta. Es una mezcla entre las dos hipotecas anteriores. Durante los primeros años del préstamo hipotecario se aplica un tipo de interés fijo y, posteriormente, se pasa a uno variable. Por lo tanto, las hipotecas a tipo mixto también se revisan periódicamente.  

¿Cuándo se revisa la cuota de la hipoteca?

Habitualmente, la revisión de una hipoteca se realiza cada seis meses o un año, en función de lo establecido en el contrato hipotecario. Es decir, en el contrato de la hipoteca tiene que aparecer la fecha de inicio del proceso de amortización y las fechas previstas para las sucesivas revisiones. 

¿Cómo se revisa la cuota de la hipoteca?

La revisión de la cuota de la hipoteca es un proceso sencillo que el banco realiza de manera automática apoyándose en un gestor. Tras realizar la revisión del tipo de interés según cómo haya evolucionado el euríbor, se calcula la cuota mensual que el titular tendrá que pagar durante los meses siguientes, sumando al diferencial de la hipoteca el nuevo euríbor. 

Para hallar la cuota final, hay que tener también en cuenta el capital pendiente que queda por pagar y el plazo de amortización de la hipoteca.

¿Cómo calcular la cuota de una hipoteca tras una revisión?

Para calcular la nueva cuota de una hipoteca variable o mixta tras una revisión hay que conocer los siguientes datos:

  • El nuevo valor del euríbor a seis o a 12 meses que se aplica.
  • El diferencial de la hipoteca según lo que se contrató en su día. La suma del euríbor + el diferencial definen el interés (I). 
  • El capital pendiente de amortizar (C).
  • Los meses que faltan para terminar de pagar el préstamo hipotecario (T).

Con esta información es posible calcular la nueva cuota aplicando esta fórmula:

Cuota = C x I / 1- (1+I)-T

Ejemplo práctico de cómo se revisa la cuota de una hipoteca

María paga en su hipoteca a tipo variable una cuota mensual de 900 euros. En el momento de la revisión le queda por pagar 87.000 euros y 120 meses hasta amortizar el préstamo. El diferencial de la hipoteca es del 1%.

Cuota = 900 x 3,2% / 1- (1+3,2%)-120

Tras realizar la revisión de la hipoteca le sale que el nuevo tipo de interés a aplicar (euríbor+ diferencial) es del 3,2%, lo que significa tener que pagar una cuota mensual de 848,13 euros (es decir, 51,87 euros menos que antes al mes). De este modo, la capacidad de endeudamiento de María es mayor y gozará de mayor liquidez al mes para ahorrar o afrontar otros gastos hasta la próxima revisión.

Si tienes cualquier duda sobre la revisión, cuenta con el asesoramiento de un especialista bancario que pueda analizar tu caso concreto.

Fotografía de Freepik
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Ahorro, inversión y jubilación   - 25/04/2025

5 errores que hay que evitar para disfrutar de la jubilación Banco Sabadell, Publicidad

Planificar la jubilación es clave para poder disfrutar en el futuro de un retiro profesional tranquilo y sin sobresaltos. Para evitar cometer errores que tengan un impacto económico en la jubilación es fundamental realizar una adecuada planificación financiera según los objetivos marcados. A continuación, vamos a analizar algunos de los errores más habituales que se deben evitar para disfrutar de una jubilación tranquila y satisfactoria.

¿Cuáles son los errores que conviene evitar para disfrutar de la jubilación?

Realizar una adecuada planificación de la jubilación es clave para garantizar la estabilidad financiera del futuro. Algunos errores comunes son no empezar a ahorrar a tiempo o no diversificar ingresos. Aquí algunos ejemplos: 

1. No planificar financieramente la jubilación

Los expertos recomiendan empezar a ahorrar y a invertir de manera constante lo antes posible, ya que de este modo se contará con un mayor margen de tiempo para favorecer el ahorro para la jubilación. Además, se suele recomendar diversificar las fuentes de ingreso, combinando el ahorro con otros productos con los que intentar obtener rentabilidad, como por ejemplo, los planes de pensiones.

No planificar financieramente la jubilación puede ocasionar una mayor dificultad para que una persona pueda mantener su nivel de vida una vez afronte el retiro profesional. Además, es posible que esto provoque que tenga que reducir algunos de sus gastos o que, en el peor de los gastos, tenga que desprenderse de parte de su patrimonio.

2. Comenzar a ahorrar tarde

Es frecuente que se empiece a ahorrar demasiado tarde pensando que la jubilación queda muy lejos. La experiencia dice que cuanto antes se comience, mayor será el colchón y menores las preocupaciones que nos persigan o puedan surgir en un retiro que, ante todo, debería ser calmado. Existen diferentes productos de ahorro diseñados de manera específica para planificar económicamente la jubilación.

Preparar económicamente la jubilación cuanto antes permite ahorrar poco a poco y con constancia, a través de aportaciones periódicas. Además, ofrece un mayor margen de tiempo para poder utilizar el ‘poder’ del interés compuesto, es decir, de generar intereses a través de la inversión de las plusvalías que se generen. Finalmente, también aporta al ahorrador un mayor margen para diversificar en diferentes productos de inversión, como depósitos o fondos de inversión.

3. No tener en cuenta la inflación

La inflación puede erosionar el poder adquisitivo de los ahorros, sobre todo en el largo plazo, por lo que no considerar la tasa de inflación al planificar la jubilación puede hacer que, en el futuro, el dinero ahorrado haya perdido valor si no se ha hecho nada con él. Existen productos financieros que suelen replicar mejor a largo plazo el comportamiento de la inflación, como los fondos de inversión, así como la propia inversión en acciones.

Tradicionalmente, los precios en el sector inmobiliario también han sabido recoger el aumento de la inflación con el paso del tiempo, por lo que puede ser una buena decisión invertir en la compra de una vivienda y financiarla a través de una hipoteca pensando en complementar económicamente la jubilación el día de mañana.

4. No pensar en las distintas etapas de la vida para adaptar el plan de ahorro

La capacidad de ahorro de una persona cambia a lo largo de su vida en virtud de cómo evolucionan sus ingresos y, también, sus gastos. Por ello, es oportuno que las perspectivas de ahorro de cara a la jubilación se adapten a cada situación personal, sin perder de vista los objetivos económicos marcados para el largo plazo.

Por regla general, una vez se entra en el mundo laboral las personas afrontan diferentes etapas desde el punto de vista financiero:

  • Inicial hasta los 30 a 35 años. Los ingresos suelen ser bajos, aunque a medida que el salario crece estos aumentan. Por el contrario, los gastos también se estabilizan ya que la persona acaba de emanciparse y habitualmente vive sola.
  • Desde los 35 hasta los 55 años. Es una etapa clave ya que es frecuente que sea el momento de decidir la adquisición de una vivienda y formar una familia. La mayor parte de los gastos se destinarán tanto a cubrir las necesidades de la economía doméstica como a abonar las cuotas del préstamo hipotecario.
  • Desde los 55 años hasta la jubilación. Es la etapa de la consolidación profesional. Los ingresos se han estabilizado y el volumen de gastos se reduce, en ocasiones, sensiblemente, debido a que los hijos se emancipan. Es probable que se incremente el nivel de ahorro de manera relevante, teniendo presente que el retiro profesional está cercano.

5. No contar con los gastos de salud

A medida que se envejece, los gastos relacionados con la salud tienden a aumentar. Sin embargo, existen personas que los subestiman, es decir, que no tienen en cuenta el coste de los tratamientos médicos, los medicamentos o de la posible necesidad de asistencia o cuidado a largo plazo. Todos ellos pueden suponer un gasto significativo que no sea posible cubrir con el ingreso de la pensión de jubilación.

Además, es importante considerar tener un seguro de salud adecuado y, si es posible, contar con un fondo especial para gastos médicos. También puede ser una buena idea llevar un estilo de vida saludable, hacer chequeos regulares y mantenerse activo físicamente. Dejar estos aspectos al azar puede generar una gran incertidumbre y estrés durante la jubilación.

Fotografía de Vlad Sargu en Unsplash


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