Un préstamo para un terreno permite obtener financiación para la compra de suelo. Descubre las claves de este tipo de préstamo.
Qué es un préstamo para comprar un terreno
Cómo conseguir un préstamo para la compra de un terreno
Hacer la solicitud del préstamo es un proceso sencillo que suele poder tramitarse online. Aunque es posible que el banco pueda necesitar información y que se cumpla con una serie de requisitos para su aprobación:
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Disponer de información específica sobre el terreno. Como su ubicación, el estado en el que se encuentra o si tiene alguna carga.
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Demostrar una capacidad de endeudamiento. El Banco de España recomienda que la capacidad de endeudamiento, es decir, el capital máximo que es posible endeudarse sin poner en riesgo la economía personal, nunca supere el 35% de los ingresos netos mensuales. En este porcentaje se encuentra no sólo la cuota del préstamo, sino también de otros compromisos que se puedan tener en activo.
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Situación económica estable. El banco valora especialmente el historial crediticio del solicitante, su estabilidad laboral y económica, así como la tenencia de otros activos en propiedad, como inmuebles u otro tipo de inversiones financieras.
¿Qué gastos tiene comprar un terreno?
En cuanto a los gastos asociados a la compra de un terreno que tendrá que afrontar el propietario, cabe destacar:
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Gastos de compraventa del terreno, entre los que se encuentran la notaría, la inscripción de la finca en el Registro de la Propiedad y el coste de la gestoría.
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Gastos del préstamo, en donde el titular solo tiene que abonar la tasación del terreno y la copia de la escritura.
Tipos de terrenos y sus préstamos
Existen tres tipos de suelo: urbano, urbanizable y no urbanizable. Este último también se conoce como rústico:
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Suelo urbano. Es el suelo edificable y cuenta con los permisos necesarios para construir sobre él, ya que dispone de las infraestructuras adecuadas para la vida humana, como saneamiento, vías de acceso o conexiones de agua. Es el tipo de suelo más caro.
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Suelo urbanizable. Es el conjunto de terrenos que un municipio considera que podrán convertirse en suelo urbano en un futuro, cuando las necesidades de crecimiento de la población así lo exijan. En ese momento, será posible solicitar los permisos pertinentes para poder edificar.
- Suelo rústico. Es el suelo que, en principio, no se puede urbanizar porque está protegido (por tener un valor agrícola, forestal o ganadero), cuenta con otros usos, principalmente, agropecuarios o porque no es apto para el uso humano por el riesgo que supone.
En España, es posible construir inmuebles en suelo rústico, aunque antes es necesario consultar la normativa urbanística autonómica y municipal del lugar en el que se ubique. En cualquier caso, los trámites para construir en terreno rústico son, en esencia, los mismos que para suelo urbanizable, incluyendo la elaboración del proyecto de obra, obtener la licencia municipal de obras, solicitar el visado del Colegio de Arquitectos correspondiente y realizar el estudio geotécnico del terreno.
Préstamos para terrenos urbanos o urbanizables
Para financiar la compra de un terreno urbano o urbanizable es posible solicitar un préstamo para terrenos, pero el futuro propietario también puede optar por una hipoteca autopromotor o un préstamo personal.
Préstamos para terrenos rústicos
Al no contar con los permisos para edificar, es probable que el propietario de un terreno rústico solo pueda escoger entre un préstamo para terrenos o un préstamo personal. Según su nivel de ahorros previos y su capacidad de endeudamiento tendrá que tomar decisión sobre cuál le conviene escoger.
¿Qué alternativas a los préstamos para terrenos existen?
Si, además de comprar un terreno se desea financiar el futuro inmueble, habitualmente se recurre a una hipoteca autopromotor. Aquí te contamos las diferencias que existen entre solicitar al banco un préstamo para terrenos o una hipoteca autopromotor:
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Riesgo. Mientras en cualquier hipoteca la principal garantía es la vivienda que se está financiando, en un préstamo para terrenos la garantía es el terreno, cuyo valor es habitualmente muy inferior al de un inmueble.
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Financiación. Mientras un préstamo para terrenos financia la compra de suelo, una hipoteca autopromotor ofrece financiación por, como máximo, el 80% del valor de tasación estimado del inmueble cuando esté terminado.
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Documentación. Una hipoteca autopromotor exige presentar al banco mucha mayor documentación, como la licencia de construcción para llevar a cabo la obra prevista, tener un proyecto elaborado por un arquitecto y validado por el Colegio de Arquitectos, poseer el certificado de eficiencia energética de la futura casa o disponer de un presupuesto de ejecución de la obra.
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Calificación del terreno. Es imprescindible para la concesión de una hipoteca autopromotor no solo demostrar que el terreno es de nuestra propiedad, también que es urbanizable, algo que no es tan necesario en un préstamo para terrenos.
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Recepción del dinero. En un préstamo para un terreno el titular obtiene todo el capital a la vez mientras que en una hipoteca autopromotor la entidad irá entregando paulatinamente el dinero a medida que se cumplan diferentes fases de la obra.
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Plazo de devolución. Un préstamo para la compra de un terreno suele tener un plazo máximo para su devolución de entre 8 y 10 años, en tanto que una hipoteca autopromotor cuenta habitualmente con un plazo de devolución que puede llegar a los 30 años.
Fotografía de Daniel McCullough en Unplash