A la hora de pagar tu hipoteca, seguramente te hayas preguntado en algún momento: ¿se puede cambiar la hipoteca de variable a fija? ¡La respuesta es sí! Puedes cambiar en cualquier momento el tipo de interés asociado a tu hipoteca.
Si actualmente cuentas con una hipoteca a tipo variable, antes de cambiarte a una a tipo fijo, es fundamental que intentes calcular lo que pagarás en las distintas cuotas de tu préstamo hipotecario, para lo que debes tener en cuenta las previsiones sobre la evolución del índice de referencia de la mayoría de las hipotecas en España, el euríbor.
¿Cuándo merece la pena cambiar de hipoteca variable a fija?
Recordemos que, en función del tipo de interés, existen tres tipos de hipotecas: Hipoteca a tipo fijo, variable y mixto:
-
Hipoteca a tipo fijo. El interés se mantiene igual durante toda la vida del préstamo hipotecario, lo que significa que las cuotas no varían.
-
Hipoteca a tipo variable. La cuota sube o baja en función de la evolución del euríbor. En cada revisión periódica de la hipoteca, la cantidad a pagar cambiará.
-
Hipoteca mixta. Es una mezcla entre las dos hipotecas anteriores, ya que durante los primeros años del préstamo se aplica un tipo de interés fijo y, posteriormente, se pasa a uno variable.
La principal ventaja de cambiar a una hipoteca fija frente a una de tipo variable es que sabrás en todo momento lo que vas a pagar, ya que siempre tendrás que abonar la misma cuota. De este modo, lograrás protegerte ante cualquier subida potencial de los tipos de interés que se produzca en el futuro.
Sin embargo, si el euríbor se mantiene en una cotización baja, posiblemente se paguen menos intereses a largo plazo en una hipoteca variable que en una a tipo fijo. En todo caso, las hipotecas variables suelen estar indicadas para personas que tienen mayor tolerancia al riesgo y que pueden hacer frente a las variaciones que se producen en las cuotas.
Por regla general, la previsión de evolución del euríbor a largo plazo es clave para tomar la decisión de cambiar una a tipo variable a una fija. Puede suceder que, como pasa actualmente, la previsión del euríbor no sea estable u optimista, y de ahí que muchos propietarios decidan apostar por una hipoteca fija. También es posible que ocurra lo contrario, es decir, que el euríbor apunte a una clara bajada y, por lo tanto, pueda ser una buena decisión financiera optar por cambiar la hipoteca fija a una variable o, incluso, mixta.
¿Cómo puedo cambiar mi hipoteca variable a fija?
-
Novación hipotecaria. En esta operación, se llega a un acuerdo con el banco para modificar el interés de la hipoteca y pasarlo de variable a fijo sin tener que cambiar de entidad. En una novación hipotecaria, el cliente solo tiene que pagar la tasación de la vivienda y la comisión por novación.
-
Subrogación de hipoteca. Consiste en cambiar el préstamo hipotecario a otro banco, de modo que se puedan modificar las condiciones, como el tipo de interés o el plazo de amortización. Los únicos gastos que tendremos que pagar son la tasación de la vivienda y la comisión por subrogación hipotecaria. Este suele ser un proceso bastante sencillo para el titular.
-
Cancelación y contratación de una nueva hipoteca. Es el proceso más laborioso y costoso para el propietario. Requiere identificar un banco con el que contratar un nuevo préstamo hipotecario y cancelar el antiguo. Además, tendrá que pagar los gastos de liquidación de la hipoteca (incluyendo la posible comisión por amortización anticipada), tramitar su cancelación registral y abonar los costes de contratar una nueva hipoteca, como los gastos de tasación y la copia de la escritura hipotecaria.
Y, ¿cuánto cuesta cambiar una hipoteca variable a fija? Realizar este cambio supone una serie de gastos para el titular del préstamo hipotecario, que varían de forma significativa en función de qué método se escoja para realizar el cambio.
FotografÍa de Aymanejed de Pexels