Realizar una tasación de la vivienda es imprescindible para poder contratar la hipoteca. El nuevo propietario es el responsable de pagarla, de acuerdo con la Ley Hipotecaria. Sin embargo, es importante que el valor que surja de la tasación sea lo más parecido posible al precio de compraventa del inmueble, ya que, tanto si es superior como si resulta inferior, tiene su trascendencia. A continuación, te explicamos qué ocurre si la tasación de la vivienda difiere del precio de compraventa.
Tasación de una vivienda: qué es
La tasación de una vivienda incluye, entre otros elementos, el valor de mercado del inmueble, la superficie de la casa, los posibles errores en la valoración catastral y en las escrituras, el estado de conservación del activo, los riesgos del entorno y la adaptación a la normativa urbanística. Su coste ronda entre los 300 y los 600 euros.
Los tres elementos fundamentales para calcular el valor de una tasación son:
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Ubicación del inmueble. Es clave para concretar una horquilla de precios concreta en función de la demanda que exista en cada lugar.
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Características de la vivienda. Implica conocer los metros cuadrados de la casa, su antigüedad y su estado de conservación. También influye la calidad de la construcción según el tipo de vivienda y otras cuestiones como, por ejemplo, la disponibilidad de ascensor en el edificio o si dispone o no de terraza.
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Edificio. En especial, la amplitud y la calidad de las zonas comunes del edificio, como el portal, los jardines, las pistas deportivas o la piscina.
Una tasación hipotecaria la debe llevar a cabo siempre un tasador homologado por el Banco de España. Habitualmente, el banco que va a conceder la hipoteca envía a un tasador de su confianza, aunque el futuro propietario también tiene la potestad de contratar a un tasador homologado. Una vez seleccionado el tasador, concretará una visita al inmueble para medir todas las habitaciones y hacer fotografías. Con esta información y de acuerdo a las condiciones y parámetros del mercado trabajará en el informe de tasación de la vivienda.
¿Qué pasa si la tasación es más alta que el precio?
Si el valor de la tasación es mayor al de compraventa quiere decir que el comprador ha adquirido el inmueble a un precio barato. Este hecho, en apariencia beneficioso, puede entrañar también algún riesgo, uno de los más importantes, el que la Administración determine que el comprador tendrá que abonar un pago mayor en el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP), ya que el precio de la compraventa se encuentra demasiado lejos del precio objetivo de mercado.
En el caso de que esto ocurra, es probable que la Agencia Tributaria reclame al comprador una liquidación complementaria que refleje la diferencia entre el ITP inicial que se ha abonado y el que se estima que se debía haber pagado realmente.
Además, hay que tener en cuenta que a la hora de pedir una hipoteca, la financiación que concede el banco será del 80% del valor de tasación o de compraventa (el que sea menor de los dos).
¿Qué pasa si la tasación es más baja que el precio?
Por el contrario, si el valor de la tasación está por debajo del precio de compraventa, es probable que la financiación hipotecaria que se obtenga sea más baja de lo aconsejable, por lo que el nuevo propietario podría tener que disponer de un mayor ahorro previo para completar la compra del inmueble.
Es decir, que en vez de un 20% de ahorro previo más en torno a un 15% para los gastos asociados, el titular de la hipoteca es probable que tenga que contar con un porcentaje mayor de colchón para poder llevar a cabo la compraventa y el resto de trámites administrativos.
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