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Cuentas y tarjetas

Diferencias entre traspaso y transferencia bancaria

Carlos S. Ponz - 30/09/2024
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Una de las operaciones financieras más habituales que realiza cualquier usuario es la de enviar dinero. Según las características que tenga cada uno de estos envíos se podrá hablar de un traspaso o de una transferencia. A continuación, te explicamos en qué consiste y cómo pueden diferenciarse entre ellas.

¿Qué es una transferencia bancaria? 

Una transferencia bancaria es una operación mediante la que ordenamos al banco que envíe dinero de nuestra cuenta bancaria a la cuenta de otra persona en la misma entidad o en otra distinta. Para poder efectuar una transferencia hay que conocer el código IBAN (International Bank Account Number) de la cuenta del destinatario.

Es posible efectuar una transferencia bancaria desde la app del banco, por medio de la página web o en un cajero automático. 

Tipos de transferencias bancarias  

Las transferencias se pueden clasificar según dónde se encuentre la cuenta del destinatario, de acuerdo a si son o no inmediatas y, también, en base al medio que se utilice para realizarla:

  • Transferencias según su origen y destino.

    • Transferencias nacionales: son las que se producen entre cuentas españolas. También existen transferencias que, en esencia, son iguales y guardan las mismas condiciones que las nacionales a día de hoy aunque tienen lugar entre bancos establecidos en países de la zona única de pagos en euros (SEPA), es decir, los países de la Unión Europea (UE) más Islandia, Liechtenstein, Mónaco, Noruega, San Marino, Suiza y Andorra. 

    • Transferencias internacionales: son aquellas cuyo destino es una cuenta alojada fuera de la zona SEPA. En las transferencias internacionales tipo SHA (siglas que corresponden a Secure Hash Algorithm), el emisor y el destinatario del dinero se reparten el coste de la operación. Sin embargo, en las transferencias tipo OUR (palabra anglosajona que significa ‘nuestro’) es el emisor quien se hace cargo de las posibles comisiones.

  • Transferencias según tiempo de envío.

    En función del tiempo en que tarda en llegar el dinero a la cuenta del destinatario, las transferencias pueden ser ordinarias o inmediatas. 

    • Transferencias ordinarias: Si la transferencia se ordena entre cuentas del mismo banco, el dinero suele tardar en llegar uno o dos días hábiles. En el caso de que la transferencia vaya destinada a otro banco, el plazo puede ser mayor. 

    • Transferencias inmediatas: el dinero llega a la cuenta del destinatario en el mismo momento en que se ordena. 

    • Transferencias periódicas u orden permanente: permiten al usuario planificar una transferencia para que se ejecute de manera repetida, por ejemplo, mensual o semanalmente.

  • Transferencias según el medio de envío.

    Es posible hablar de transferencias por cajeros automático, transferencias por teléfono (hoy en día son poco habituales), transferencias en la sucursal del banco, transferencias por internet (a través de la app o de la página web del banco) y transferencias por Bizum (en las que no se requiere conocer el IBAN del destinatario sino sólo su número de teléfono móvil).

¿Qué es un traspaso bancario?

Un traspaso bancario es una transferencia que se realiza dentro de un mismo banco, es decir, entre cuentas pertenecientes a la misma entidad ya que el ordenante y el destinatario poseen cuentas dentro de la entidad. De hecho, es frecuente que ambas figuras coincidan, por ejemplo, si una persona decide transferir fondos de su cuenta de ahorro a su cuenta corriente o de su cuenta personal a su cuenta compartida con su pareja.

Habitualmente, en los traspasos el dinero llega de manera inmediata a la cuenta de destino y no se suele aplicar ninguna comisión.

Principales diferencias entre traspaso y transferencia bancaria

Aunque ambas operaciones permiten mover dinero de una cuenta a otra, una transferencia y un traspaso guardan algunas diferencias, entre ellas:

  • Bancos involucrados y destino de los fondos. Un traspaso ocurre entre cuentas del mismo titular dentro de la misma entidad bancaria, mientras que una transferencia puede implicar el envío de dinero entre cuentas de distintos titulares que pueden ser del mismo banco o de entidades distintas.

  • Tiempo. Un traspaso suele efectuarse de manera instantánea, pero en una transferencia la operación puede tardar en completarse algunos días.

  • Comisiones. Por regla general, un traspaso no conlleva el pago de ninguna comisión, en tanto que en una transferencia varían según el país de destino o la urgencia que tenga el ordenante en que se efectúe.

  • Información. Para realizar un traspaso apenas se necesita tener el nombre del beneficiario y su número de cuenta, pero en una transferencia también es preciso aportar el código IBAN y, según el caso, detalles sobre el banco receptor de los fondos.

Fotografía de Freepik
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Ahorro, inversión y jubilación   - Fri Apr 25 13:02:27 CEST 2025

5 errores que hay que evitar para disfrutar de la jubilación Banco Sabadell, Publicidad

Planificar la jubilación es clave para poder disfrutar en el futuro de un retiro profesional tranquilo y sin sobresaltos. Para evitar cometer errores que tengan un impacto económico en la jubilación es fundamental realizar una adecuada planificación financiera según los objetivos marcados. A continuación, vamos a analizar algunos de los errores más habituales que se deben evitar para disfrutar de una jubilación tranquila y satisfactoria.

¿Cuáles son los errores que conviene evitar para disfrutar de la jubilación?

Realizar una adecuada planificación de la jubilación es clave para garantizar la estabilidad financiera del futuro. Algunos errores comunes son no empezar a ahorrar a tiempo o no diversificar ingresos. Aquí algunos ejemplos: 

1. No planificar financieramente la jubilación

Los expertos recomiendan empezar a ahorrar y a invertir de manera constante lo antes posible, ya que de este modo se contará con un mayor margen de tiempo para favorecer el ahorro para la jubilación. Además, se suele recomendar diversificar las fuentes de ingreso, combinando el ahorro con otros productos con los que intentar obtener rentabilidad, como por ejemplo, los planes de pensiones.

No planificar financieramente la jubilación puede ocasionar una mayor dificultad para que una persona pueda mantener su nivel de vida una vez afronte el retiro profesional. Además, es posible que esto provoque que tenga que reducir algunos de sus gastos o que, en el peor de los gastos, tenga que desprenderse de parte de su patrimonio.

2. Comenzar a ahorrar tarde

Es frecuente que se empiece a ahorrar demasiado tarde pensando que la jubilación queda muy lejos. La experiencia dice que cuanto antes se comience, mayor será el colchón y menores las preocupaciones que nos persigan o puedan surgir en un retiro que, ante todo, debería ser calmado. Existen diferentes productos de ahorro diseñados de manera específica para planificar económicamente la jubilación.

Preparar económicamente la jubilación cuanto antes permite ahorrar poco a poco y con constancia, a través de aportaciones periódicas. Además, ofrece un mayor margen de tiempo para poder utilizar el ‘poder’ del interés compuesto, es decir, de generar intereses a través de la inversión de las plusvalías que se generen. Finalmente, también aporta al ahorrador un mayor margen para diversificar en diferentes productos de inversión, como depósitos o fondos de inversión.

3. No tener en cuenta la inflación

La inflación puede erosionar el poder adquisitivo de los ahorros, sobre todo en el largo plazo, por lo que no considerar la tasa de inflación al planificar la jubilación puede hacer que, en el futuro, el dinero ahorrado haya perdido valor si no se ha hecho nada con él. Existen productos financieros que suelen replicar mejor a largo plazo el comportamiento de la inflación, como los fondos de inversión, así como la propia inversión en acciones.

Tradicionalmente, los precios en el sector inmobiliario también han sabido recoger el aumento de la inflación con el paso del tiempo, por lo que puede ser una buena decisión invertir en la compra de una vivienda y financiarla a través de una hipoteca pensando en complementar económicamente la jubilación el día de mañana.

4. No pensar en las distintas etapas de la vida para adaptar el plan de ahorro

La capacidad de ahorro de una persona cambia a lo largo de su vida en virtud de cómo evolucionan sus ingresos y, también, sus gastos. Por ello, es oportuno que las perspectivas de ahorro de cara a la jubilación se adapten a cada situación personal, sin perder de vista los objetivos económicos marcados para el largo plazo.

Por regla general, una vez se entra en el mundo laboral las personas afrontan diferentes etapas desde el punto de vista financiero:

  • Inicial hasta los 30 a 35 años. Los ingresos suelen ser bajos, aunque a medida que el salario crece estos aumentan. Por el contrario, los gastos también se estabilizan ya que la persona acaba de emanciparse y habitualmente vive sola.
  • Desde los 35 hasta los 55 años. Es una etapa clave ya que es frecuente que sea el momento de decidir la adquisición de una vivienda y formar una familia. La mayor parte de los gastos se destinarán tanto a cubrir las necesidades de la economía doméstica como a abonar las cuotas del préstamo hipotecario.
  • Desde los 55 años hasta la jubilación. Es la etapa de la consolidación profesional. Los ingresos se han estabilizado y el volumen de gastos se reduce, en ocasiones, sensiblemente, debido a que los hijos se emancipan. Es probable que se incremente el nivel de ahorro de manera relevante, teniendo presente que el retiro profesional está cercano.

5. No contar con los gastos de salud

A medida que se envejece, los gastos relacionados con la salud tienden a aumentar. Sin embargo, existen personas que los subestiman, es decir, que no tienen en cuenta el coste de los tratamientos médicos, los medicamentos o de la posible necesidad de asistencia o cuidado a largo plazo. Todos ellos pueden suponer un gasto significativo que no sea posible cubrir con el ingreso de la pensión de jubilación.

Además, es importante considerar tener un seguro de salud adecuado y, si es posible, contar con un fondo especial para gastos médicos. También puede ser una buena idea llevar un estilo de vida saludable, hacer chequeos regulares y mantenerse activo físicamente. Dejar estos aspectos al azar puede generar una gran incertidumbre y estrés durante la jubilación.

Fotografía de Vlad Sargu en Unsplash


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