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Cuentas y tarjetas

Diferencias entre cargo en cuenta y abono en cuenta bancaria

Banco Sabadell, Publicidad - 18/12/2024
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Entre los principales movimientos que se realizan en una cuenta bancaria y que afectan al flujo de efectivo se encuentran los cargos y los abonos. Gestionar ambos de manera eficiente contribuye a tener unas finanzas personales saneadas y a poder alcanzar con éxito determinados objetivos de ahorro. A continuación, explicamos en qué consiste un cargo y un abono en una cuenta, así como las principales diferencias que existen entre ellos.

¿Qué es un cargo en cuenta bancaria? 

Un cargo en cuenta es un asiento que se produce en una cuenta bancaria que, desde un punto de vista práctico, significa para el titular una salida de fondos o, lo que es lo mismo, que el saldo de la cuenta disminuye. El recibo del gimnasio o el pago de una prenda de vestir que acabamos de hacer con la tarjeta en una tienda son ejemplos de cargos en cuenta.

Tipos de cargos en cuenta 

Estos son algunos de los principales tipos de cargos en cuenta que existen:

  • Domiciliación de recibos. El titular de la cuenta autoriza al banco a efectuar el pago de ciertos recibos, como la luz, la comunidad de vecinos o el teléfono móvil. En Banco Sabadell puedes contratar una cuenta online para domiciliar tu nómina y gestionar tus finanzas de forma más eficiente
  • Transferencias y Bizum. El envío de dinero a un tercero, ya sea por transferencia o Bizum, tiene su reflejo en una disminución del saldo de la cuenta bancaria.
  • Adeudos. La cuota de un préstamo o de una hipoteca o la prima anual de un seguro son ejemplos de adeudos bancarios.
  • Retiradas de efectivo. Engloba todos los pagos que hacemos por medio de la tarjeta bancaria o por la retirada de efectivo en los cajeros automáticos.

¿Qué es un abono en cuenta? 

Por su parte, un abono en cuenta es una anotación en una cuenta bancaria que implica un aumento en su saldo. El ingreso de un cheque o la recepción de una transferencia son algunos ejemplos de un abono en cuenta.

Tipos de abonos en cuenta 

Los principales tipos de abono en cuenta son:

  • Nómina. Habitualmente, el ingreso mensual de la nómina es uno de los mayores abonos en cuenta que se reciben y permite asegurar el pago de los principales gastos que tiene una persona.
  • Transferencias y Bizum. Si un tercero realiza una transferencia o un Bizum a nuestra cuenta o efectúa un ingreso por medio de un cajero automático se consideran abonos en cuenta bancaria. Las transferencias que se reciben pueden ser puntuales (por ejemplo, si se ha vendido un artículo de segunda mano en una página web) o periódicas (como puede ocurrir si se tiene un piso alquilado).
  • Cheques y efectivo. El ingreso de un cheque o de efectivo en nuestra cuenta en una oficina bancaria, a través de un cajero automático o de la app del banco también se consideran anotaciones en cuenta.

Principales diferencias entre un cargo y un abono en cuenta

En realidad, cargo y abono en una cuenta bancaria son términos completamente opuestos. Un cargo significa una disminución del saldo mientras que un abono refleja un aumento del dinero disponible en la cuenta. Todos los movimientos, así como el saldo de una cuenta bancaria, pueden consultarse en cualquier momento a través de la app o de la página web del banco.

En cualquier caso, es importante lograr que la suma de los abonos en una cuenta bancaria sea siempre mayor que la suma de los cargos. De este modo, el saldo será positivo, contribuyendo a mejorar la salud de las finanzas personales de su titular.

Fotografía de Freepik

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Ahorro, inversión y jubilación   - 25/04/2025

5 errores que hay que evitar para disfrutar de la jubilación Banco Sabadell, Publicidad

Planificar la jubilación es clave para poder disfrutar en el futuro de un retiro profesional tranquilo y sin sobresaltos. Para evitar cometer errores que tengan un impacto económico en la jubilación es fundamental realizar una adecuada planificación financiera según los objetivos marcados. A continuación, vamos a analizar algunos de los errores más habituales que se deben evitar para disfrutar de una jubilación tranquila y satisfactoria.

¿Cuáles son los errores que conviene evitar para disfrutar de la jubilación?

Realizar una adecuada planificación de la jubilación es clave para garantizar la estabilidad financiera del futuro. Algunos errores comunes son no empezar a ahorrar a tiempo o no diversificar ingresos. Aquí algunos ejemplos: 

1. No planificar financieramente la jubilación

Los expertos recomiendan empezar a ahorrar y a invertir de manera constante lo antes posible, ya que de este modo se contará con un mayor margen de tiempo para favorecer el ahorro para la jubilación. Además, se suele recomendar diversificar las fuentes de ingreso, combinando el ahorro con otros productos con los que intentar obtener rentabilidad, como por ejemplo, los planes de pensiones.

No planificar financieramente la jubilación puede ocasionar una mayor dificultad para que una persona pueda mantener su nivel de vida una vez afronte el retiro profesional. Además, es posible que esto provoque que tenga que reducir algunos de sus gastos o que, en el peor de los gastos, tenga que desprenderse de parte de su patrimonio.

2. Comenzar a ahorrar tarde

Es frecuente que se empiece a ahorrar demasiado tarde pensando que la jubilación queda muy lejos. La experiencia dice que cuanto antes se comience, mayor será el colchón y menores las preocupaciones que nos persigan o puedan surgir en un retiro que, ante todo, debería ser calmado. Existen diferentes productos de ahorro diseñados de manera específica para planificar económicamente la jubilación.

Preparar económicamente la jubilación cuanto antes permite ahorrar poco a poco y con constancia, a través de aportaciones periódicas. Además, ofrece un mayor margen de tiempo para poder utilizar el ‘poder’ del interés compuesto, es decir, de generar intereses a través de la inversión de las plusvalías que se generen. Finalmente, también aporta al ahorrador un mayor margen para diversificar en diferentes productos de inversión, como depósitos o fondos de inversión.

3. No tener en cuenta la inflación

La inflación puede erosionar el poder adquisitivo de los ahorros, sobre todo en el largo plazo, por lo que no considerar la tasa de inflación al planificar la jubilación puede hacer que, en el futuro, el dinero ahorrado haya perdido valor si no se ha hecho nada con él. Existen productos financieros que suelen replicar mejor a largo plazo el comportamiento de la inflación, como los fondos de inversión, así como la propia inversión en acciones.

Tradicionalmente, los precios en el sector inmobiliario también han sabido recoger el aumento de la inflación con el paso del tiempo, por lo que puede ser una buena decisión invertir en la compra de una vivienda y financiarla a través de una hipoteca pensando en complementar económicamente la jubilación el día de mañana.

4. No pensar en las distintas etapas de la vida para adaptar el plan de ahorro

La capacidad de ahorro de una persona cambia a lo largo de su vida en virtud de cómo evolucionan sus ingresos y, también, sus gastos. Por ello, es oportuno que las perspectivas de ahorro de cara a la jubilación se adapten a cada situación personal, sin perder de vista los objetivos económicos marcados para el largo plazo.

Por regla general, una vez se entra en el mundo laboral las personas afrontan diferentes etapas desde el punto de vista financiero:

  • Inicial hasta los 30 a 35 años. Los ingresos suelen ser bajos, aunque a medida que el salario crece estos aumentan. Por el contrario, los gastos también se estabilizan ya que la persona acaba de emanciparse y habitualmente vive sola.
  • Desde los 35 hasta los 55 años. Es una etapa clave ya que es frecuente que sea el momento de decidir la adquisición de una vivienda y formar una familia. La mayor parte de los gastos se destinarán tanto a cubrir las necesidades de la economía doméstica como a abonar las cuotas del préstamo hipotecario.
  • Desde los 55 años hasta la jubilación. Es la etapa de la consolidación profesional. Los ingresos se han estabilizado y el volumen de gastos se reduce, en ocasiones, sensiblemente, debido a que los hijos se emancipan. Es probable que se incremente el nivel de ahorro de manera relevante, teniendo presente que el retiro profesional está cercano.

5. No contar con los gastos de salud

A medida que se envejece, los gastos relacionados con la salud tienden a aumentar. Sin embargo, existen personas que los subestiman, es decir, que no tienen en cuenta el coste de los tratamientos médicos, los medicamentos o de la posible necesidad de asistencia o cuidado a largo plazo. Todos ellos pueden suponer un gasto significativo que no sea posible cubrir con el ingreso de la pensión de jubilación.

Además, es importante considerar tener un seguro de salud adecuado y, si es posible, contar con un fondo especial para gastos médicos. También puede ser una buena idea llevar un estilo de vida saludable, hacer chequeos regulares y mantenerse activo físicamente. Dejar estos aspectos al azar puede generar una gran incertidumbre y estrés durante la jubilación.

Fotografía de Vlad Sargu en Unsplash


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