Habitualmente, cuando una persona está próxima a jubilarse tiene que solicitar a la Seguridad Social la pensión de jubilación. Por regla general, la solicitud de la pensión de jubilación se realiza dentro de los tres meses anteriores o posteriores a la fecha de cese laboral, de manera que los efectos económicos de la pensión se producen a partir de dicha fecha. A continuación, resolvemos algunas de las principales dudas que pueden surgir si una persona va a jubilarse y quiere solicitar su pensión por jubilación.
¿A qué edad me puedo jubilar?
De acuerdo con la situación que existe en 2025, la edad ordinaria de jubilación para cualquier trabajador es de 66 años y ocho meses si se ha cotizado menos de 38 años y tres meses, y de 65 años si ya se ha acumulado ese periodo de cotizaciones.
En cualquier caso, también es posible jubilarse y seguir trabajando, acogiéndose a alguna de las modalidades previstas por la ley, como la jubilación parcial, la jubilación activa o la jubilación flexible.
¿Qué tipo de pensiones de jubilación existen?
Existen dos tipos de pensiones de jubilación:
Pensiones contributivas
Las pensiones contributivas son consecuencia de la jubilación de una persona que ha cotizado un cierto número de años a lo largo de su vida laboral.
Pensiones no contributivas
Las pensiones no contributivas son aquellas que se otorgan a una persona por determinadas circunstancias especiales, ya que no ha cotizado o no ha logrado lo mínimo para alcanzar la pensión contributiva.
¿Cuál es el mínimo cotizado para tener derecho a una pensión?
Con carácter general, para tener derecho a una pensión contributiva hay que contar, como mínimo, con 15 años cotizados. Eso sí, con una cotización de 15 años el trabajador sólo puede acceder al 50% de la base reguladora, lo que significa que podrá cobrar únicamente la mitad del 100% de su pensión.
¿Cómo solicitar la pensión de jubilación?
Normalmente, la solicitud de la jubilación hay que realizarla dentro de los tres meses anteriores o posteriores a la fecha de cese en el trabajo. De esta forma, los efectos económicos de la pensión se producen desde el día siguiente a la fecha de cese. Si se hace pasado ese periodo, por ejemplo, seis meses después a la fecha de cese en el trabajo, la Seguridad Social solo pagará al trabajador los últimos tres meses con efecto retroactivo y perderá los tres primeros.
La Seguridad Social ofrece a los trabajadores la posibilidad de solicitar la pensión de jubilación de manera telemática, sin necesidad de citas ni desplazamientos, a través de la página web “Tu Seguridad Social”. Para completar la solicitud, es necesario disponer del Documento Nacional de Identidad (DNI) electrónico, certificado digital o Cl@ve Permanente, y seguir los pasos que se indican en la página web de este organismo. Antes de realizar esta solicitud es importante actualizar los datos económicos y fiscales personales y asegurarse de introducir correctamente la cuenta bancaria.
En cualquier caso, a la hora de que un trabajador solicite su jubilación pueden darse dos situaciones: que esté todavía trabajando o que ya no se encuentre en activo.
¿Cómo solicitar la pensión si todavía se está trabajando?
Una vez que el trabajador ha decidido la fecha de su jubilación, debe comunicársela a la empresa para que ésta lo notifique a la Seguridad Social. De cualquier modo, él también debe ponerse en contacto con la Seguridad Social para activar su pensión.
¿Cuándo solicitar la pensión si no se trabaja?
Si el trabajador no está en activo, la jubilación será efectiva desde el día siguiente a la presentación de la solicitud en la Seguridad Social.
¿Qué documentación necesito para solicitar la jubilación?
Los principales documentos necesarios para solicitar la pensión de jubilación son:
- Impreso de solicitud. Hay que cumplimentarlo indicando algunos datos personales, como la situación laboral en el momento de acogerse a la jubilación, si se tiene alguna discapacidad reconocida, si los ingresos del solicitante y los de su cónyuge o las personas a su cargo superan un determinado límite, si tiene hijos que convivan en el domicilio familiar o si se ha realizado alguna actividad laboral en el extranjero.
- DNI del solicitante.
- Libro de familia en caso de contar con alguna circunstancia especial.
- Información sobre los ingresos como los del cónyuge o las personas a cargo del solicitante, ya que la pensión puede variar si se tiene o no pareja, o si algún familiar depende económicamente de quien se jubila.
- Número de la cuenta corriente en la que se realizará el ingreso de la pensión.
- Certificado de la empresa en caso de contar alguna circunstancia especial.
¿Cómo se calcula la pensión de jubilación?
La pensión de jubilación se calcula en función de las bases de cotización de cada trabajador. Para calcular la base reguladora de un trabajador hay que sumar sus últimas 300 cotizaciones a la Seguridad Social (que son las cotizaciones de los últimos 25 años) y dividir el resultado entre 350. A continuación, sobre esa base reguladora hay que aplicar un porcentaje de ajuste que se corresponde con los años cotizados.:
- Los primeros 15 años de cotización dan derecho al 50% de la base reguladora.
- Desde ese momento, por cada mes adicional cotizado durante los primeros 49 meses, al 50% anterior se añadirá un 0,21%.
- A partir del mes 50, para cada uno de los meses siguientes, se le añadirá un 0,19%.
En 2025, la pensión mínima para los pensionistas de 65 años o mayores es de 12.241,60 euros anuales y de 15.786,40 euros en el caso de jubilados con cónyuge a su cargo. Los menores de esa edad recibirán 11.452 euros y 15.786,40 si tienen cónyuge a cargo.
Estas prestaciones se abonan en 14 pagas, una por cada uno de los meses del año, más dos pagas extraordinarias del mismo importe, que se cobran junto con las mensualidades de junio y noviembre.
¿Cómo es posible rescatar el plan de pensiones?
Aunque existen diferentes instrumentos de ahorro para preparar económicamente la jubilación, como las Rentas Vitalicias o los seguros de ahorro, los más populares son los planes de pensiones o los Planes de Previsión Asegurados (PPA). Rescatar un plan de pensiones o un PPA significa retirar el dinero ahorrado y los rendimientos acumulados durante los años en los que el partícipe realizó aportaciones.
Cuando una persona ha decidido jubilarse y ha iniciado los trámites ante la Seguridad Social, puede acudir al banco con el que contrató su plan de pensiones para solicitar el rescate. Es importante destacar que no se está obligado a comenzar a cobrar el dinero acumulado en un plan de pensiones cuando una persona se jubila. Se puede hacer, por supuesto, pero la etapa de jubilación es muy larga, de media alrededor de 30 años, y las necesidades económicas durante toda esta etapa son diferentes. Lo más probable es que pueda necesitarse más ayuda, y por consiguiente más ingresos, a medida que una persona se hace más mayor.
Los planes de pensiones permiten seguir acumulando capital para el futuro con ventajas fiscales y cobrarlo después, siempre que no se aporte y cobre a la vez por la misma contingencia. Es decir, si se empieza a cobrar por jubilación, no se pueden seguir haciendo aportaciones por esa misma causa.
Una vez se ha valorado la situación y se ha optado por rescatar el plan con motivo de su jubilación, tiene que presentar el documento acreditativo correspondiente a la situación de jubilación expedido por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS); el formulario de solicitud del rescate del plan de pensiones y el Modelo 145 del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) sobre “Comunicación de datos al pagador”, en el que se consigna la situación personal y económica del partícipe.
Es posible rescatar un plan de pensiones en forma de capital, es decir, todo de golpe; como renta, por ejemplo, cada mes; o de forma mixta, una parte de golpe y el resto como renta. Todo el dinero que se rescata en un plan de pensiones tiene la consideración de rentas del trabajo y se deberán pagar impuestos en el IRPF.
Fotografía de Freepik