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Ahorro, inversión y jubilación

Cuesta de enero: ¿cómo superarla con éxito?

Carlos S.Ponz, Publicidad - Wed Jan 15 10:38:19 CET 2025
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Habitualmente, enero suele ser un mes complicado para muchas personas desde el punto de vista económico. Los gastos de la Navidad, la vuelta al colegio de los niños o el pago de impuestos y de las primas de algunos seguros pueden poner en una situación frágil a la economía de muchos hogares. A continuación, explicamos cómo conseguir hacer frente a la cuesta de enero.

Trucos para gestionar la cuesta de enero

La planificación financiera es la mejor aliada para evitar sufrir económicamente durante el mes de enero. Para ello es clave:

  • Auditar los gastos. Antes de tomar decisiones para mejorar las finanzas personales, es fundamental identificar y clasificar los gastos que se tienen. Los principales son:

    • Gastos fijos: se repiten periódicamente y son de difícil eliminación, como el colegio de los hijos o la comunidad de propietarios.
    • Gastos variables esenciales: son fundamentales para el día a día, aunque su cuantía varía de un mes a otro. El recibo de la luz o la cesta de la compra suelen ser los más relevantes.
    • Gastos superfluos: por regla general, están relacionados con el ocio, como el consumo en bares o las suscripciones a plataformas de streaming. Este tipo de gastos sí pueden revisarse y reducirse o, incluso, eliminarse. Cabe destacar en este grupo también a los denominados gastos hormiga, que se suelen realizar a diario en cantidades pequeñas pero que, al sumarlos mensualmente, tienen un volumen relevante. Un ejemplo puede ser el café que se toma a diario en el bar.
    • Gastos sorpresa: se trata de aquellos gastos con los que no se cuenta pero que llegan súbitamente, como la rotura de un electrodoméstico o una multa de tráfico. Contar con un fondo de emergencia para gastos inesperados puede ayudar a sobrellevar económicamente mejor estos imprevistos.
  • Revisar y reducir los gastos. Una vez recopilada la información sobre todos los gastos es posible tomar decisiones sobre cómo reducirlos o eliminar aquellos que resulten prescindibles. Por ejemplo, revisar la factura de la energía o aplicar medidas de eficiencia energética en casa puede suponer un ahorro en el coste total. 

  • Evitar más deudas. Al igual que en el caso de los gastos, también hay que auditar el volumen de deuda que se tiene a través de la capacidad de endeudamiento. La capacidad de endeudamiento es clave a la hora de, por ejemplo, solicitar una hipoteca o un préstamo. Además es importante entender el tiempo que llevará terminar de pagar todas las deudas que se tienen en activo con, por ejemplo, los préstamos personales o la tarjeta de crédito. Durante ese tiempo, es clave procurar no sumar nuevas deudas para evitar entrar en una posible situación de sobreendeudamiento.

  • Realizar un presupuesto familiar. A través de un presupuesto familiar es posible calcular el dinero que hará falta para cubrir los gastos de una familia. Con él es factible tomar decisiones para intentar incrementar el ahorro y estar en mejores condiciones de alcanzar los objetivos marcados a largo plazo. Contar con una cuenta de ahorro puede ayudar a fomentar el ahorro y a crear hábitos que sean financieramente saludables para la unidad familiar.

  • Buscar ingresos adicionales. Vender en Internet artículos que ya no se usan o alquilar la plaza de garaje que no se está utilizando pueden ayudar a mejorar el volumen de ingresos, de manera que sea posible contar con una mayor capacidad financiera para afrontar el pago de los gastos y de las deudas que se tienen.

La importancia de planificar el ahorro

De cara a conseguir un equilibrio económico sostenible de las finanzas personales es clave trabajar de manera constante en la planificación del ahorro a corto, a medio y a largo plazo. Para lograrlo, hay que tener en cuenta todos los elementos cotidianos que afectan a la economía personal y familiar, algo que puede llevarse a cabo a través de un plan de ahorro.

La salud financiera de un hogar pasa por planificar adecuadamente los gastos, de manera que sea posible alcanzar las metas de ahorro que se hayan fijado. Un plan de ahorro que se revise periódicamente puede ser la mejor herramienta para mejorar de manera significativa la salud financiera de una familia.

Para elaborar un buen plan de ahorro es clave:

  • Fijarse metas financieras a largo plazo y, también, objetivos alcanzables a corto plazo que sean medibles. Estos objetivos deben adecuarse a la situación financiera de cada familia y a sus necesidades. Por ejemplo, si se quiere enviar en el futuro a los niños a estudiar fuera es preciso ahorrar de manera disciplinada cada mes para que, llegado el momento, no haya que solicitar financiación externa.

  • Utilizar sistemas de ahorro. Existe una amplia variedad de fórmulas y métodos para fomentar el ahorro, como por ejemplo:

    • Regla del 50-30-20. Consiste en intentar ahorrar cada mes un 20% de los ingresos, dedicando el 50% para los gastos básicos e imprescindibles y un 30% para aquellos que tienen un carácter ocasional, como irse de vacaciones o realizar actividades de ocio.

    • El método Bullet Journal. Intenta promover una gestión más eficiente de las finanzas personales y la toma de decisiones a través de un registro permanente de los gastos según los objetivos de ahorro que se hayan marcado.

    • El reto de las 52 semanas. Consiste en ahorrar una cantidad específica de dinero cada semana durante un año. La cantidad a ahorrar aumenta progresivamente cada semana, comenzando por una cantidad pequeña y llegando a una más alta al final del año. 

    • Regla del 30%. Algunos expertos afirman que es clave destinar al menos el 30% de los ingresos totales al ahorro, independientemente de los gastos que haya. Esta estrategia ayuda a priorizar el ahorro y a construir un colchón financiero sólido para emergencias y futuras inversiones.

    • El método del redondeo. Consiste en redondear hacia arriba cualquier gasto que haya a la unidad más cercana y destinar la diferencia al ahorro. Por ejemplo, si un café cuesta 1,50 €, hay que redondearlo a 2 € y destinar los 0,50 € sobrantes al ahorro.

Fotografía de Freepik

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Ahorro, inversión y jubilación   - 25/04/2025

5 errores que hay que evitar para disfrutar de la jubilación Banco Sabadell, Publicidad

Planificar la jubilación es clave para poder disfrutar en el futuro de un retiro profesional tranquilo y sin sobresaltos. Para evitar cometer errores que tengan un impacto económico en la jubilación es fundamental realizar una adecuada planificación financiera según los objetivos marcados. A continuación, vamos a analizar algunos de los errores más habituales que se deben evitar para disfrutar de una jubilación tranquila y satisfactoria.

¿Cuáles son los errores que conviene evitar para disfrutar de la jubilación?

Realizar una adecuada planificación de la jubilación es clave para garantizar la estabilidad financiera del futuro. Algunos errores comunes son no empezar a ahorrar a tiempo o no diversificar ingresos. Aquí algunos ejemplos: 

1. No planificar financieramente la jubilación

Los expertos recomiendan empezar a ahorrar y a invertir de manera constante lo antes posible, ya que de este modo se contará con un mayor margen de tiempo para favorecer el ahorro para la jubilación. Además, se suele recomendar diversificar las fuentes de ingreso, combinando el ahorro con otros productos con los que intentar obtener rentabilidad, como por ejemplo, los planes de pensiones.

No planificar financieramente la jubilación puede ocasionar una mayor dificultad para que una persona pueda mantener su nivel de vida una vez afronte el retiro profesional. Además, es posible que esto provoque que tenga que reducir algunos de sus gastos o que, en el peor de los gastos, tenga que desprenderse de parte de su patrimonio.

2. Comenzar a ahorrar tarde

Es frecuente que se empiece a ahorrar demasiado tarde pensando que la jubilación queda muy lejos. La experiencia dice que cuanto antes se comience, mayor será el colchón y menores las preocupaciones que nos persigan o puedan surgir en un retiro que, ante todo, debería ser calmado. Existen diferentes productos de ahorro diseñados de manera específica para planificar económicamente la jubilación.

Preparar económicamente la jubilación cuanto antes permite ahorrar poco a poco y con constancia, a través de aportaciones periódicas. Además, ofrece un mayor margen de tiempo para poder utilizar el ‘poder’ del interés compuesto, es decir, de generar intereses a través de la inversión de las plusvalías que se generen. Finalmente, también aporta al ahorrador un mayor margen para diversificar en diferentes productos de inversión, como depósitos o fondos de inversión.

3. No tener en cuenta la inflación

La inflación puede erosionar el poder adquisitivo de los ahorros, sobre todo en el largo plazo, por lo que no considerar la tasa de inflación al planificar la jubilación puede hacer que, en el futuro, el dinero ahorrado haya perdido valor si no se ha hecho nada con él. Existen productos financieros que suelen replicar mejor a largo plazo el comportamiento de la inflación, como los fondos de inversión, así como la propia inversión en acciones.

Tradicionalmente, los precios en el sector inmobiliario también han sabido recoger el aumento de la inflación con el paso del tiempo, por lo que puede ser una buena decisión invertir en la compra de una vivienda y financiarla a través de una hipoteca pensando en complementar económicamente la jubilación el día de mañana.

4. No pensar en las distintas etapas de la vida para adaptar el plan de ahorro

La capacidad de ahorro de una persona cambia a lo largo de su vida en virtud de cómo evolucionan sus ingresos y, también, sus gastos. Por ello, es oportuno que las perspectivas de ahorro de cara a la jubilación se adapten a cada situación personal, sin perder de vista los objetivos económicos marcados para el largo plazo.

Por regla general, una vez se entra en el mundo laboral las personas afrontan diferentes etapas desde el punto de vista financiero:

  • Inicial hasta los 30 a 35 años. Los ingresos suelen ser bajos, aunque a medida que el salario crece estos aumentan. Por el contrario, los gastos también se estabilizan ya que la persona acaba de emanciparse y habitualmente vive sola.
  • Desde los 35 hasta los 55 años. Es una etapa clave ya que es frecuente que sea el momento de decidir la adquisición de una vivienda y formar una familia. La mayor parte de los gastos se destinarán tanto a cubrir las necesidades de la economía doméstica como a abonar las cuotas del préstamo hipotecario.
  • Desde los 55 años hasta la jubilación. Es la etapa de la consolidación profesional. Los ingresos se han estabilizado y el volumen de gastos se reduce, en ocasiones, sensiblemente, debido a que los hijos se emancipan. Es probable que se incremente el nivel de ahorro de manera relevante, teniendo presente que el retiro profesional está cercano.

5. No contar con los gastos de salud

A medida que se envejece, los gastos relacionados con la salud tienden a aumentar. Sin embargo, existen personas que los subestiman, es decir, que no tienen en cuenta el coste de los tratamientos médicos, los medicamentos o de la posible necesidad de asistencia o cuidado a largo plazo. Todos ellos pueden suponer un gasto significativo que no sea posible cubrir con el ingreso de la pensión de jubilación.

Además, es importante considerar tener un seguro de salud adecuado y, si es posible, contar con un fondo especial para gastos médicos. También puede ser una buena idea llevar un estilo de vida saludable, hacer chequeos regulares y mantenerse activo físicamente. Dejar estos aspectos al azar puede generar una gran incertidumbre y estrés durante la jubilación.

Fotografía de Vlad Sargu en Unsplash


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