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Ahorro, inversión y jubilación

Cómo preparar un presupuesto familiar

Marcos Martínez - 16/08/2019
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Descubre cómo preparar un presupuesto familiar con estos sencillos trucos.

Si algo no se mide, no existe. Y ahorrar sin tener presente cuánto se gasta es muy complicado. Preparar un presupuesto familiar es una de las herramientas más efectivas para gestionar las finanzas del hogar y asegurarte de que puedes cumplir con tus obligaciones y metas financieras. Una parte fundamental de esta planificación es entender y gestionar tu ahorro, lo que te ayudará a tener una mejor visión de tu capacidad financiera.

Hay muchas formas de crear un presupuesto y usarlo para guardar dinero en la hucha. En este artículo planteamos tres formas de hacer un presupuesto muy básico, así como varios ejemplos a la hora de usar sus datos y ahorrar mes a mes. 

Un aspecto clave de cualquier presupuesto familiar es asegurarse de que se destine una parte de los ingresos al ahorro. Para esto, es útil conocer los tipos de cuentas de ahorro disponibles, lo que te permitirá elegir la opción que mejor se ajuste a tus necesidades y objetivos financieros.

Cuatro métodos para medir cuánto gastamos 

El gasto se puede medir como el dinero que dejamos de tener. Sumar a lo que hay en la cuenta del mes anterior (pongamos 234 euros) la nómina (redondeemos en 1000 euros) y descubrir a final de mes unos 534 euros daría un gasto de: 234 + 1000 - 534 = 700 euros. Pero este método es muy poco preciso. 

Una de las mejores formas de tomar datos es un desglose gasto por gasto como el que aparece en las hojas de cálculo mostradas arriba (Excel, aquí plantilla) u Hoja de Cálculo de Google (abajo, aquí plantilla). Además, si tenemos las apps móviles podremos llevarlas con nosotros. 

La mayor dificultad está en acordarse de anotar la cantidad cuando se hace el gasto e intentar no crear muchos conceptos diferentes. Mejor conceptos agrupados y genéricos que sirvan para varios gastos. 

También está la clásica libreta. No es un método nada tecnológico pero nos va a servir para anotar los gastos a fin de compararlos mes a mes. Y ahí está la clave del presupuesto: tomar datos para mejorar nuestros hábitos y poder plantear el objetivo del mes que viene. 

También podemos hacer uso de aplicaciones que nacieron para simplificar nuestras cuentas tales como Fintonic (Android e iOS), Controlar Gastos (Android), Fudget (iOS) 1Money (Android) o Coinkeeper (iOS), entre otras. Todas ellas funcionan como un balance contable sencillo y nos ayudarán a hacer cuentas. 

Usando el presupuesto para controlar gastos 

Una vez hemos anotado durante meses nuestros gastos, ahora podemos plantear nuevas metas de ahorro. Y aquí también hay varios métodos, como el de la reducción de algunas partidas o buscar hábitos alternativos

Si durante los últimos meses hemos gastado 12 euros en café y eso supone el 15% del gasto (es un ejemplo abultado) ahora podemos plantear reducir ligeramente esa cifra. Quizá invirtiendo en un termo que llevar al trabajo para ahorrar esos 1,5 euros diarios. Los gastos hormiga son los que más destacan en los presupuestos. 

Además, sabiendo lo que gastamos mes a mes en gasolina, seguro o mantenimiento del coche, podremos comparar este gasto con el abono transporte de nuestra ciudad. 

Relacionado con salir a cenar fuera, otro ejemplo, podemos ver si nos compensa organizar cenas en nuestra propia casa. O, sabiendo su importe medio, si no nos saldrá a cuenta pedir a domicilio. Varios euros de ahorro de cada hábito, sumados diaria o semanalmente, aportan un ahorro importante. 

Pero resulta complejo trazar planes sin tener clara la dirección. Tomar decisiones de ahorro una vez conocidos nuestros hábitos de consumo es más fácil que partir de cero. De ahí que los presupuestos se empiecen haciendo anotaciones como las de arriba, aunque sean en un cuaderno. 

Un aspecto recomendable es contar con un fondo de emergencia que te permita cubrir imprevistos sin afectar tus gastos regulares o tu capacidad de ahorro. Para esto, puedes explorar opciones como una cuenta bancaria para ahorrar, que ofrece diversas herramientas para ayudarte a gestionar tu dinero de manera eficiente.

Retarse con el presupuesto familiar 

Las tablas dinámicas mostradas arriba pueden asustar a primera vista, aunque no tienen demasiada complejidad. Tienen la ventaja de combinar datos para ofrecer resultados sintetizados. ¿Qué significa esto? 

Que añadiendo otros “conceptos”, como etiquetas de “necesario o capricho” o las personas que incurren en el gasto, podremos configurar un presupuesto que nos diga quién gasta más dinero y en qué para diseñar planes de ahorro familiares.

Fotografía de Iryna Tysiak en Unplash
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Ahorro, inversión y jubilación   - Fri Apr 25 13:02:27 CEST 2025

5 errores que hay que evitar para disfrutar de la jubilación Banco Sabadell, Publicidad

Planificar la jubilación es clave para poder disfrutar en el futuro de un retiro profesional tranquilo y sin sobresaltos. Para evitar cometer errores que tengan un impacto económico en la jubilación es fundamental realizar una adecuada planificación financiera según los objetivos marcados. A continuación, vamos a analizar algunos de los errores más habituales que se deben evitar para disfrutar de una jubilación tranquila y satisfactoria.

¿Cuáles son los errores que conviene evitar para disfrutar de la jubilación?

Realizar una adecuada planificación de la jubilación es clave para garantizar la estabilidad financiera del futuro. Algunos errores comunes son no empezar a ahorrar a tiempo o no diversificar ingresos. Aquí algunos ejemplos: 

1. No planificar financieramente la jubilación

Los expertos recomiendan empezar a ahorrar y a invertir de manera constante lo antes posible, ya que de este modo se contará con un mayor margen de tiempo para favorecer el ahorro para la jubilación. Además, se suele recomendar diversificar las fuentes de ingreso, combinando el ahorro con otros productos con los que intentar obtener rentabilidad, como por ejemplo, los planes de pensiones.

No planificar financieramente la jubilación puede ocasionar una mayor dificultad para que una persona pueda mantener su nivel de vida una vez afronte el retiro profesional. Además, es posible que esto provoque que tenga que reducir algunos de sus gastos o que, en el peor de los gastos, tenga que desprenderse de parte de su patrimonio.

2. Comenzar a ahorrar tarde

Es frecuente que se empiece a ahorrar demasiado tarde pensando que la jubilación queda muy lejos. La experiencia dice que cuanto antes se comience, mayor será el colchón y menores las preocupaciones que nos persigan o puedan surgir en un retiro que, ante todo, debería ser calmado. Existen diferentes productos de ahorro diseñados de manera específica para planificar económicamente la jubilación.

Preparar económicamente la jubilación cuanto antes permite ahorrar poco a poco y con constancia, a través de aportaciones periódicas. Además, ofrece un mayor margen de tiempo para poder utilizar el ‘poder’ del interés compuesto, es decir, de generar intereses a través de la inversión de las plusvalías que se generen. Finalmente, también aporta al ahorrador un mayor margen para diversificar en diferentes productos de inversión, como depósitos o fondos de inversión.

3. No tener en cuenta la inflación

La inflación puede erosionar el poder adquisitivo de los ahorros, sobre todo en el largo plazo, por lo que no considerar la tasa de inflación al planificar la jubilación puede hacer que, en el futuro, el dinero ahorrado haya perdido valor si no se ha hecho nada con él. Existen productos financieros que suelen replicar mejor a largo plazo el comportamiento de la inflación, como los fondos de inversión, así como la propia inversión en acciones.

Tradicionalmente, los precios en el sector inmobiliario también han sabido recoger el aumento de la inflación con el paso del tiempo, por lo que puede ser una buena decisión invertir en la compra de una vivienda y financiarla a través de una hipoteca pensando en complementar económicamente la jubilación el día de mañana.

4. No pensar en las distintas etapas de la vida para adaptar el plan de ahorro

La capacidad de ahorro de una persona cambia a lo largo de su vida en virtud de cómo evolucionan sus ingresos y, también, sus gastos. Por ello, es oportuno que las perspectivas de ahorro de cara a la jubilación se adapten a cada situación personal, sin perder de vista los objetivos económicos marcados para el largo plazo.

Por regla general, una vez se entra en el mundo laboral las personas afrontan diferentes etapas desde el punto de vista financiero:

  • Inicial hasta los 30 a 35 años. Los ingresos suelen ser bajos, aunque a medida que el salario crece estos aumentan. Por el contrario, los gastos también se estabilizan ya que la persona acaba de emanciparse y habitualmente vive sola.
  • Desde los 35 hasta los 55 años. Es una etapa clave ya que es frecuente que sea el momento de decidir la adquisición de una vivienda y formar una familia. La mayor parte de los gastos se destinarán tanto a cubrir las necesidades de la economía doméstica como a abonar las cuotas del préstamo hipotecario.
  • Desde los 55 años hasta la jubilación. Es la etapa de la consolidación profesional. Los ingresos se han estabilizado y el volumen de gastos se reduce, en ocasiones, sensiblemente, debido a que los hijos se emancipan. Es probable que se incremente el nivel de ahorro de manera relevante, teniendo presente que el retiro profesional está cercano.

5. No contar con los gastos de salud

A medida que se envejece, los gastos relacionados con la salud tienden a aumentar. Sin embargo, existen personas que los subestiman, es decir, que no tienen en cuenta el coste de los tratamientos médicos, los medicamentos o de la posible necesidad de asistencia o cuidado a largo plazo. Todos ellos pueden suponer un gasto significativo que no sea posible cubrir con el ingreso de la pensión de jubilación.

Además, es importante considerar tener un seguro de salud adecuado y, si es posible, contar con un fondo especial para gastos médicos. También puede ser una buena idea llevar un estilo de vida saludable, hacer chequeos regulares y mantenerse activo físicamente. Dejar estos aspectos al azar puede generar una gran incertidumbre y estrés durante la jubilación.

Fotografía de Vlad Sargu en Unsplash


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