Conocer la capacidad de endeudamiento es fundamental a la hora de pedir un préstamo hipotecario, ya que ayudará a elegir la hipoteca que mejor se adapte a cada situación y facilitará la concesión por parte del banco. A continuación, explicamos qué es, cómo se calcula el ratio de endeudamiento para la hipoteca y qué hacer si ésta capacidad es baja.
¿Qué es la capacidad de endeudamiento y por qué es importante?
La capacidad de endeudamiento es el porcentaje de los ingresos mensuales que una persona puede destinar al pago de sus deudas sin poner en riesgo su estabilidad financiera, como es el caso del pago de las cuotas de la hipoteca. Conocer la capacidad de endeudamiento es clave para evitar el sobreendeudamiento y tomar mejores decisiones financieras.
Los bancos utilizan este indicador para saber el nivel de riesgo financiero y evaluar así la solvencia económica de quien solicita la hipoteca. El Banco de España recomienda que el total de las deudas que tenga una persona no supere el 30-35% de los ingresos netos mensuales. Esto incluye tanto el pago de la hipoteca como otros posibles préstamos y créditos. Es decir que si el titular de la hipoteca tiene unos ingresos netos mensuales de 2.000 euros y no tiene otros préstamos activos, puede destinar entre 600 y 700 euros al préstamo hipotecario. Para saber de forma aproximada cómo puede ser la hipoteca en función de la situación personal, del precio de la vivienda y de su localización, es muy útil hacer una simulación de la cuota.
Cómo influye el ratio de endeudamiento en la aprobación de la hipoteca
El ratio de endeudamiento refleja el nivel de compromiso financiero que tiene una persona, es decir, mide el porcentaje de los ingresos comprometido al pago de deuda, y cuánto margen queda para asumir una nueva deuda como puede ser la hipoteca.
Un ratio de endeudamiento alto puede indicar un mayor riesgo de impago, lo que podría dar lugar a que el banco no conceda la hipoteca, a que se conceda en menor importe o a solicitar otro tipo de requisitos, como un aval.
Por el contrario, un ratio de endeudamiento bajo eleva la solvencia económica del cliente y facilita la concesión de la hipoteca.
Cómo calcular tu ratio de endeudamiento paso a paso
- Calcular los ingresos netos mensuales: Es decir, hay que calcular los ingresos mensuales después de impuestos y deducciones.
- Sumar todas las deudas mensuales fijas: Esto incluye préstamos personales, tarjetas de crédito u otras hipotecas.
- Aplicar la fórmula del ratio de endeudamiento: Total de deudas mensuales / Ingresos netos mensuales x 100
Con un ejemplo práctico, si una pareja que tiene unos ingresos netos mensuales de 4.000 euros, un préstamo personal cuya cuota es de 200 euros al mes y 300 euros por la financiación de su coche, tiene un ratio de endeudamiento del 12,5%, por lo que aún tendría margen para asumir el pago de la hipoteca.
¿Qué hacer si tu capacidad de endeudamiento es baja?
Si al calcular la ratio de endeudamiento para la hipoteca el resultado es superior al 35%, es aconsejable realizar una serie de recomendaciones para aumentar la capacidad de endeudamiento:
- Reducir las deudas: Siempre que sea posible, es recomendable terminar de pagar o amortizar los préstamos existentes antes de solicitar la hipoteca.
- Aumentar los ingresos: Buscar formas de incrementar los ingresos, mediante la realización de trabajos extra, por ejemplo.
- Aumentar el ahorro: Contar con un mayor ahorro disponible para la entrada de la vivienda es positivo, ya que esto permitirá solicitar una hipoteca por un importe menor.
- Ajustar el plazo del préstamo hipotecario: Si el plazo de amortización de la hipoteca es mayor, la cuota mensual será menor y esto mejorará la ratio de endeudamiento.
- Incluir avalistas o garantías adicionales. Disponer de un aval hipotecario eleva las garantías de que se cumplirá con el pago de la deuda.
Otros factores que pueden influir en la concesión de una hipoteca
Aunque la capacidad de endeudamiento es un factor determinante en el proceso de concesión, existen otros factores que hay que tener en cuenta antes de pedir la hipoteca:
- Historial crediticio: Es importante estar al día de todas las deudas y haberlas abonado sin retrasos, dentro de los plazos correspondientes. Esto demuestra una garantía en los pagos.
- Edad del titular: La edad influye en el plazo de devolución del préstamo y en el perfil de riesgo del cliente. Aunque no existe un límite legal, se aconseja no tener más de 75 años en el momento de terminar de pagar la hipoteca.
- Estabilidad laboral: Disponer de un contrato indefinido o antigüedad en el puesto de trabajo aporta seguridad a la hora de contratar una hipoteca.
- Valor de tasación de la vivienda: Determina el importe máximo que el banco está dispuesto a financiar. Por lo general, las entidades bancarias financian hasta un 80% del valor de tasación o de compraventa de una vivienda, el que sea menor de los dos.
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