La inflación mide el incremento de precios de los bienes y servicios en un periodo de tiempo y sirve para determinar cuánto ha subido el coste de la vida. Sin embargo, para calcular mejor su impacto, se utiliza la inflación subyacente, que excluye productos volátiles. Esta puede notarse en la gestión del ahorro y en productos financieros como las
La inflación subyacente es un indicador que mide el aumento sostenido de los precios en la economía, excluyendo los productos más volátiles, como la energía y los alimentos no procesados. Su objetivo es proporcionar una visión más estable y precisa sobre la evolución de los precios, evitando fluctuaciones bruscas que puedan distorsionar la tendencia real de la inflación.
Este índice es fundamental para evaluar la estabilidad de los precios y el poder adquisitivo, factores que impactan directamente en el coste de vida y en productos financieros como una
Para calcular la inflación subyacente hay que partir del Índice de Precios al Consumo (IPC), excluyendo los mencionados elementos más inestables. La fórmula de cálculo de la tasa de inflación subyacente es:
Tasa de inflación subyacente = Índice subyacente actual - Índice subyacente en el período anterior / Índice subyacente en el período anterior x 100.
Poniendo un ejemplo, si el IPC es de 100, y el IPC subyacente (sin tener en cuenta los alimentos y la energía) fuera de 102, la tasa de inflación subyacente será:
102 - 100 / 100 x 100 = 2%
Las dos principales diferencias entre la inflación general y la inflación subyacente son:
Bienes y servicios. La inflación tradicional tiene en cuenta la evolución de precios a nivel general, para lo que incorpora un listado amplio de bienes y servicios que consume la sociedad. Por su parte, la inflación subyacente no considera para su cálculo la energía y los alimentos no elaborados (aunque sí todo lo demás).
La inflación subyacente en España ha mostrado fluctuaciones significativas en los últimos años, afectando a la economía y a productos financieros como las cuentas de ahorro. A pesar de la desaceleración de la inflación general en 2024 y 2025, la subyacente ha mantenido valores elevados, reduciendo el poder adquisitivo y encareciendo bienes y servicios esenciales.
Esto impacta directamente en quienes buscan alcanzar la
Una subida de la inflación impacta de lleno en el poder adquisitivo de las personas, ya que la misma cantidad de dinero permite comprar cada vez menos bienes. Además, dificulta cada vez más la gestión de nuestras finanzas personales. Esto significa que probablemente habrá que destinar una mayor parte de los ingresos mensuales a satisfacer los gastos, en especial, los relacionados con el consumo, como, por ejemplo, la ropa, la alimentación o el pago de recibos.
En este contexto, elegir el tipo de cuenta adecuado es clave para proteger el ahorro y optimizar su rendimiento. Por ejemplo, una
Para intentar hacer frente al efecto negativo que tiene en el ahorro la inflación, una solución puede ser la de ‘poner a trabajar’ el dinero, intentando conseguir una rentabilidad que compense o, al menos, mitigue la pérdida de poder adquisitivo. Entre otras estrategias a llevar a cabo destacan:
En definitiva, elegir bien una cuenta bancaria, diversificar los ahorros y ajustar la estrategia financiera a cada etapa de la vida son fundamentales para minimizar el impacto de la inflación subyacente.
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