La doble garantía hipotecaria permite respaldar un préstamo hipotecario con dos propiedades, pudiendo pertenecer a la segunda persona que solicita la hipoteca o a un tercero. De este modo, es posible que se pueda conseguir un mayor porcentaje de financiación para la compra de una vivienda en relación a su precio de compraventa o a su valor de tasación. A continuación, analizamos en qué consiste la doble garantía hipotecaria, cómo funciona y qué otras alternativas existen.
¿Qué es la doble garantía hipotecaria?
La doble garantía hipotecaria consiste en tener dos activos inmobiliarios para financiar una misma hipoteca. Por regla general, uno de estos inmuebles es el que se hipoteca mientras que el otro está libre de cargas. Este segundo inmueble puede ser del mismo titular de la hipoteca o pertenecer a otra persona que lo cede como aval.
Entre las principales ventajas que puede aportar una doble garantía hipotecaria cabe destacar la de poder acceder a una hipoteca de mayor cuantía. Esto suele ser así porque se reduce el riesgo para el banco al contar con dos activos inmobiliarios que pueden respaldar el préstamo hipotecario.
¿Cómo funciona?
Normalmente, se recurre a una doble garantía hipotecaria cuando se quiere obtener una financiación mayor del 80% del valor de la tasación o del precio de compraventa o bien porque la persona que solicita la hipoteca no cuenta con los ahorros suficientes para cubrir los gastos iniciales y presenta un riesgo elevado para el banco, aunque esta segunda opción suele ser menos habitual.
Es decir, en una hipoteca convencional lo más frecuente es que el banco financie un máximo del 80% del valor de tasación o de compraventa, por lo que al futuro propietario le corresponde aportar el 20% restante junto a los gastos asociados. A través de la doble garantía hipotecaria, en ocasiones este 20% es posible financiarlo también con la otra vivienda, por lo que podría llegarse a alcanzar el 100% de financiación.
Diferencias entre una hipoteca con aval y una hipoteca con doble garantía
Una hipoteca con aval se diferencia de una hipoteca con doble garantía en tres aspectos clave:
1. Riesgos
En una hipoteca con aval se utiliza una persona o propiedad adicional como garantía mientras que en una hipoteca con doble garantía se usan dos propiedades como respaldo del préstamo hipotecario. Eso sí, en ambos casos el banco tiene derecho a ejecutar las propiedades para recuperar el dinero prestado si el deudor no puede hacer frente a los pagos.
2. Opciones de financiación
Habitualmente, una hipoteca con aval permite a una persona que no cumple con todos los requisitos de solvencia acceder a una hipoteca, mientras que un futuro propietario suele recurrir a la doble garantía hipotecaria para incrementar el porcentaje de financiación que cubre el banco sobre el precio de compraventa del inmueble o su valor de tasación.
3. Requisitos de las hipotecas
Aunque para solicitar cualquiera de las dos hipotecas es preciso cumplir con una serie de requisitos exigidos por el banco, en el caso de las hipotecas con doble garantía se suele requerir que la suma de los valores de tasación de los dos inmuebles cubra el importe solicitado. Además, el segundo inmueble tiene que estar libre de cargas u otros gravámenes. En el caso de la hipoteca con aval, la propiedad permite reducir el riesgo de la operación y cumplir con los requisitos de solvencia para poder acceder a la hipoteca.
4. Disponibilidad bancaria
Es más habitual solicitar una hipoteca con aval que una doble garantía hipotecaria, por lo que esta última opción no la ofrecen muchos bancos. En el caso de la hipoteca con aval, es frecuente que personas jóvenes que quieren acceder a una vivienda se apoyen en sus padres como avalistas para poder acceder a la financiación bancaria que necesitan para adquirir su nueva casa.
En cualquier caso, antes de contratar una hipoteca puede ser una buena opción evaluar el coste real del préstamo hipotecario a través de un simulador de hipotecas.
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