Una empresa puede solicitar un aval bancario tanto para operaciones financieras como para compromisos no financieros. Un aval bancario permite a una empresa fortalecer su solvencia y garantizar obligaciones con terceros, como entidades financieras, proveedores y otras empresas. A continuación, explicaremos en qué consiste un aval bancario, los principales tipos que existen y qué ventajas ofrece a una empresa.
¿Qué es un aval bancario y cómo funciona?
Un aval bancario es una garantía emitida por un banco que asegura el cumplimiento de una obligación por parte de una empresa ante un tercero.
Si la empresa (avalado) no puede cumplir con el pago o compromiso, el banco (avalista) responde ante el beneficiario, asumiendo la obligación.
Este instrumento aporta confianza, solvencia y seguridad en operaciones comerciales, financieras o contractuales.
¿Qué tipos de avales bancarios existen?
Entre los principales tipos de
- Preaval. A petición del cliente, el banco adquiere el compromiso de formalizar un aval definitivo en el momento en que se precise. Se suele utilizar en la concesión de aplazamientos o fraccionamientos de deudas contraídas para presentarlas ante la Administración.
- Aval técnico. Garantiza el incumplimiento de compromisos no económicos asumidos por una empresa, como la participación en concursos y en licitaciones, o garantizar el buen funcionamiento de maquinaria vendida.
- Aval económico-comercial. Permite asegurar el pago aplazado o fraccionado en la compraventa de bienes, de impuestos o para la devolució de cantidades recibidas a cuenta de la empresa en concepto de venta de mercancías o por el suministro de servicios.
- Aval económico-financiero. Garantiza la devolución de créditos, de préstamos o de cualquier otro tipo de facilidad crediticia que una empresa tenga con cualquier otra entidad financiera.
¿Quiénes intervienen en un aval bancario?
En un aval bancario existen tres figuras:
- Avalado. Habitualmente, es una empresa, que contrata el aval y se compromete a cumplir con las obligaciones acordadas.
- Beneficiario. Quien recibe la garantía (el proveedor, el cliente, la Administración…).
- Avalista. Normalmente, es una entidad financiera, como un banco, quien garantiza el cumplimiento de la obligación.
¿Quién puede contratar un aval bancario?
Puede contratar un aval bancario cualquier persona física o jurídica que necesite garantizar el cumplimiento de una obligación. Habitualmente, un aval bancario es contratado por:
- Empresas. Para asegurar el cumplimiento de contratos, participar en licitaciones públicas, obtener financiación o garantizar pagos a proveedores.
- Autónomos. Para garantizar pagos a clientes o proveedores, o para proyectos específicos.
¿Qué ventajas tiene un aval bancario para una empresa?
Los principales beneficios de solicitar un aval bancario son:
- Solvencia. El avalado puede cumplir con sus obligaciones financieras sin tener que desembolsar el dinero de forma inmediata, lo que permite que su liquidez no sea afectada negativamente.
- Seguridad y confianza. Aporta confianza tanto para el avalado como para el beneficiario, ya que el banco respalda el cumplimiento de la obligación.
- Crecimiento. Un aval bancario puede ser clave para poder participar en licitaciones, y contratos con clientes, y obtener mejores condiciones con proveedores.
¿Cómo se solicita un aval bancario para una empresa?
Documentación necesaria
Para solicitar un aval, es necesario presentar una serie de documentos que acrediten la solvencia y la actividad de la empresa, como, por ejemplo:
- Escrituras de constitución de la sociedad.
- Memoria de actividades económicas.
- Balance de pérdidas y de ganancias y la cuenta de resultados, al menos, los dos últimos ejercicios.
- Declaración de impuestos, incluyendo el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), el Impuesto de Sociedades (IS) y el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA).
Evaluación del banco
A partir de esta información, el banco evalúa el riesgo de la operación y decide si avala o no a la empresa.
Si considera que es viable, se informará a los responsables de la compañía acerca de los costes y de las condiciones. Normalmente, el coste de un aval se aplica en forma de comisiones de gestión y principalmente de comisión trimestral de riesgo.
Los avales bancarios son una herramienta esencial para las empresas que quieren crecer con respaldo y credibilidad. Permiten asegurar contratos, obtener mejores condiciones comerciales y proyectar solvencia ante clientes, proveedores y administraciones.
Fotografía de Ketut Subiyanto en Pexels