El presupuesto familiar es una herramienta clave para administrar las finanzas personales. A través de él es posible gestionar de manera más eficiente los ingresos y los gastos, lo que puede ayudar a alcanzar los objetivos financieros marcados para el largo plazo. Sin embargo, cometer errores al elaborar y gestionar esta herramienta puede afectar negativamente al ahorro familiar. A continuación, explicamos algunos de los errores más comunes a la hora de hacer un presupuesto familiar y unos consejos prácticos para evitarlos.
Un presupuesto familiar desempeña un papel fundamental para
Entre los principales errores a la hora de hacer un presupuesto familiar, cabe destacar:
En ocasiones se piensa que un presupuesto puede prepararse deprisa y corriendo, teniendo en cuenta sólo algunos ingresos y gastos. Sin embargo, para que un presupuesto permita realmente llevar a cabo una gestión eficaz de la economía familiar es necesario dedicar el tiempo suficiente a pensar en todas aquellas magnitudes que tienen importancia en su elaboración, como los ingresos y los gastos, así como definir los objetivos financieros que se desean alcanzar a largo plazo.
Cabe recordar que los principales elementos de un presupuesto son:
Otro error frecuente en la elaboración del presupuesto familiar es tomarlo como una fotografía fija y no tener en cuenta que va variando a lo largo del tiempo. Es decir, si sube el salario de uno de los progenitores aumentarán los ingresos mensuales del núcleo familiar, en tanto que crecerán los gastos si, por ejemplo, sube el precio del alquiler de la vivienda. Todos ellos afectan al presupuesto y a las metas financieras que se han marcado.
La principal recomendación para mantener un presupuesto familiar al día es planificar revisiones periódicas en las que se puedan recoger estas variaciones. De esta forma, será más sencillo implementar posibles cambios en la estrategia financiera o en el compromiso de ahorro sin comprometer los objetivos para el largo plazo.
Una buena gestión del presupuesto familiar implica no destinar más del 35% de los ingresos netos mensuales del hogar al pago de
Realizar un seguimiento periódico de las deudas es clave para no comprometer la capacidad económica del hogar. En el caso de que se prevean cambios en las cuotas, hay que hacer una revisión de los gastos reflejados en el presupuesto para verificar si hay que ajustar alguna partida.
En un presupuesto familiar, el ahorro debe considerarse como un gasto más, es decir, como una partida fija a la que hay que destinar una determinada cantidad de dinero cada mes. De este modo, será más sencillo cumplir con el compromiso de ahorro y estar más cerca de cumplir con los objetivos que se hayan marcado.
Para conseguir ahorrar de un modo más sencillo, existen reglas como la del 50-30-20, que consiste en dividir los ingresos mensuales en tres porcentajes: gastos obligatorios y esenciales (50%), gastos superfluos y sorpresa (30%) y ahorro (20%).
En definitiva, evitar los errores más comunes al hacer un presupuesto es clave para lograr una gestión financiera eficiente. Revisar los ingresos y los gastos con regularidad, incluir partidas para el ahorro y ser constante en su cumplimiento puede marcar la diferencia en la salud financiera personal.
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