La libertad financiera permite a una persona tener un control total sobre sus finanzas y poder disponer de los recursos económicos suficientes para satisfacer sus gastos. Para alcanzar la libertad financiera, es imprescindible ser constante en las rutinas de ahorro, gestionar adecuadamente los ingresos e intentar rentabilizar las inversiones, pensando siempre en el largo plazo. A continuación, explicamos las principales claves sobre la libertad financiera y los pasos a seguir para conseguirla.
¿Qué es la libertad financiera?
La libertad financiera consiste en que una persona dispone de los recursos económicos suficientes para pagar todos sus gastos, tanto los gastos fijos como los variables o sorpresa, gracias a los ingresos que es capaz de generar por sí misma. De este modo, esa persona tiene un control pleno de sus finanzas personales al no tener que depender de financiación de terceros para mantener su nivel de vida.
Aunque no existe una receta mágica para alcanzar la libertad financiera, una de las claves principales es generar el ahorro suficiente para poder invertirlo y generar una posible rentabilidad.
Ventajas de la libertad financiera
Entre las ventajas que ofrece la libertad financiera a una persona cabe destacar:
- Otorga autonomía e independencia financiera.
- Hace posible trabajar en aquellos proyectos que se deseen.
- Permite planificar mejor la jubilación e, incluso, puede llegar a permitir una jubilación anticipada.
- Proporciona tranquilidad en la gestión de las finanzas personales.
- Está asociada a mayor diversificación en la gestión de las inversiones.
¿Cómo alcanzar la libertad financiera?
Existen dos elementos clave para conseguir la libertad financiera: la planificación y la disciplina. A través de ambos es posible trazar una hoja de ruta con los siguientes pasos para alcanzar el objetivo que se pretende:
- Analizar la situación personal de ingresos y gastos. Realizar una auditoría contable lo más objetiva posible sobre la capacidad de ahorro que tiene una persona.
- Definir objetivos a largo plazo. Una persona puede pretender alcanzar la libertad financiera por distintos motivos, como dejar de trabajar o realizar el viaje de sus sueños. En virtud de las metas que se marquen se podrá trazar más adelante un plan de ahorro.
- Evaluar posibles ingresos pasivos. Los ingresos pasivos son aquellos que se generan sin que el ahorrador deba hacer nada, como la renta de alquiler de un inmueble. Estos ingresos pasivos permiten aumentar el nivel de seguridad financiera de cualquier ahorrador.
- Minimizar las deudas. Controlar las deudas permite reducir el coste que supone abonar las cuotas periódicas para su devolución, así como la cuantía de los intereses. Un ejemplo sería la amortización del préstamo hipotecario.
- Construir un fondo para emergencias. A través de este fondo será posible afrontar cualquier gasto imprevisto, como una avería del coche o la rotura de un electrodoméstico, sin que afecte a la estrategia financiera que se ha fijado.
- Confiar en el interés compuesto. Éste consiste en la rentabilidad que se logra gracias a la rentabilidad que generan las plusvalías que se han conseguido previamente. De esta manera, es posible incrementar a mayor velocidad la rentabilidad que se consigue a través de la inversión.
- Ser constante. La libertad financiera no se consigue de la noche a la mañana, sino que requiere paciencia y visión a largo plazo.
- Dejarse aconsejar por expertos. El asesoramiento profesional puede ser un gran aliado para alcanzar el éxito.
Fotografía de Fabian Blank en Unsplash