Antes de hacerte con la casa de tus sueños, debes analizar tu situación actual y futura, además de no quedarte con ninguna duda durante el proceso.
Hacerte con la casa de tus sueños es una de las metas más emocionantes que puedes llegar a cumplir, pero también puede ser un quebradero de cabeza si no vas preparado para el papeleo, los números y términos hasta ahora posiblemente desconocidos que se cruzarán por el camino.
Pero, para que esto no ocurra y que nada ni nadie te impida convertirte en propietario de tu primer hogar, lo mejor es seguir una serie de pautas previas a solicitar una hipoteca.
¿Es esta la casa adecuada?
Firmar una hipoteca conlleva gastos futuros a los que nos comprometemos a hacer frente, por lo que gozar de una estabilidad duradera es un requisito indispensable.
Si lo tienes claro, investiga la vivienda a fondo, hay que conocer la casa antes de adentrarte en la aventura de hacerla de tu propiedad. Tásala con ayuda profesional, sobre ese precio la entidad a la que pidas el préstamo realizará sus cálculos correspondientes. También puedes acercarte al Registro de la Propiedad o al Catastro para ver si la propiedad tiene cargas financieras o algún tipo de problema asociado.
El bolsillo, a examen
Es la casa, pero, ¿está tu bolsillo preparado para pagarla? Los ahorros que has estado acumulando durante años deberían ser suficientes como para asumir una hipoteca.
Ten en cuenta que, por norma, el préstamo que te ofrecerá el banco no debe ser superior al 80% del valor de la propiedad. Se recomienda que, como máximo, se destine un 35% del sueldo e ingresos a financiar la vivienda.
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¿Hipoteca fija, variable o mixta?
Existen tres tipos de hipotecas en función de los intereses del préstamo que te dará el banco: fija, variable y mixta.
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Por ejemplo, en los préstamos fijos, el interés se mantiene constante, por lo que no les afectan las subidas o bajadas de los tipos de interés. Suelen incluir tipos más altos y plazos de amortización más cortos.
Pero, por otro lado, los préstamos variables cambian en función de la evolución de indicadores como el euríbor, por lo que son más inestables. El euríbor es un índice que marca el tipo de interés promedio al que las entidades financieras europeas se prestan dinero entre sí a corto plazo, por lo que su cantidad siempre varía y suele revisarse semestral o anualmente.
En último lugar, las hipotecas mixtas mantienen los tipos durante más de un año y después se vuelven variables.
En condiciones estándar, las hipotecas a tipo fijo cuentan con unos intereses más elevados que las hipotecas a tipo variable. Sin embargo, en el contexto actual, hay entidades como Banco Sabadell que cuentan con préstamos a tipo fijo más atractivos que los de a tipo variable.
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Déjate aconsejar
Responde todas las preguntas del banco y no te quedes con ninguna duda, es muy importante que tengas claros todos los pasos del proceso. Ocultar datos solo te perjudicará para analizar adecuadamente la viabilidad del préstamo.
Acudir a intermediarios como inmobiliarias supondrá un coste, pero te ahorrará quebraderos de cabeza. Cuenta con asesoramiento profesional y ten en mente que las hipotecas no son una ciencia exacta, por lo que no desesperes, será un proceso largo pero, si de verdad persigues la casa de tus sueños, la aventura de la hipoteca merecerá la pena.
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Fotografía de Kenny Eliason de Unplash