Pedir una hipoteca es uno de los pasos más importantes a la hora de comprar una casa y evitar errores puede facilitar el proceso. Por ello, es clave analizar toda la información disponible para procurar tomar la decisión correcta. A continuación, analizamos los fallos más comunes al solicitar una hipoteca y las mejores estrategias para evitarlos.
Conoce tu situación financiera antes de solicitar la hipoteca
Una de las principales herramientas que tiene en cuenta el banco para decidir si es adecuado conceder o no una hipoteca es el scoring financiero. Este sistema evalúa factores como la solvencia, el historial crediticio y el nivel de endeudamiento del solicitante. Gracias a esta evaluación, las entidades bancarias pueden medir el riesgo de la operación y decidir si dan luz verde al préstamo hipotecario.
Para conocer el nivel de riesgo para pedir una hipoteca, es importante analizar:
- Capacidad de ingresos. Los expertos recomiendan que la cuota hipotecaria no supere el 30% de los ingresos mensuales.
- Situación financiera. Hay que considerar la situación financiera y la existencia de préstamos activos.
- Historial de crédito. Se analiza la información de la Central de Información de Riesgos del Banco de España (CIRBE), para detectar posibles impagos.
- Situación personal. Factores como la edad, el estado civil y las personas a cargo pueden influir en la aprobación del préstamo hipotecario.
Para mejorar el scoring bancario y aumentar las posibilidades de obtener una hipoteca, es clave mantener un nivel de endeudamiento por debajo del 30-35% de los ingresos, evitar el sobreendeudamiento y contar con un historial crediticio sólido.
Errores comunes al solicitar una hipoteca
A la hora de solicitar una hipoteca, además de la situación financiera personal, es importante tener presente los posibles errores que se pueden cometer de cara a poder evitarlos y conseguir una hipoteca en mejores condiciones. Entre los errores comunes al solicitar una hipoteca cabe destacar:
1: No comparar diferentes ofertas hipotecarias
Antes de contratar una hipoteca, es fundamental comparar los diferentes tipos de préstamos hipotecarios (a tipo fijo, a tipo variable o mixto) para encontrar el más adecuado. Un simulador hipotecario facilita esta tarea al calcular la cuota mensual, los intereses y los gastos asociados según los datos de cada caso particular.
Para obtener un cálculo de la hipoteca lo más preciso posible es importante introducir información en el simulador como:
- Datos de la vivienda: Precio, uso como vivienda habitual o segunda residencia, ubicación y si se contrata la hipoteca solo o en pareja.
- Datos personales: Edad, ingresos mensuales, pagos mensuales fijos (como préstamos).
2: No considerar todos los gastos asociados
El principal gasto inicial que debe asumir un nuevo propietario al comprar una casa es la entrada, para lo que es necesario tener un ahorro en torno a un 20% del precio de compraventa. Además existen otros gastos asociados a la compra de una vivienda, como el pago de impuestos, el notario, la inscripción en el Registro de la Propiedad o la gestoría. Una vez que se tienen en cuenta todos estos costes, es importante no cometer el error de olvidar los gastos de contratar una hipoteca.
Entre los principales gastos de una hipoteca que corresponden al nuevo propietario se encuentran:
- Tasación de la vivienda. Su coste ronda entre los 300 y los 600 euros, en función de quien la realice y del valor del inmueble.
- Comisión de apertura. Algunas entidades bancarias cobran una comisión al formalizar la hipoteca. Sin embargo, actualmente, las hipotecas de Banco Sabadell no tienen comisión de apertura.
- Productos vinculados. Contratar productos vinculados a la hipoteca puede reducir el tipo de interés que se paga por el préstamo. La contratación de estos productos no es obligatoria, salvo en el caso del seguro de hogar. Según las coberturas y la compañía aseguradora, su coste suele rondar entre los 200 y los 600 euros anuales.
- Copia de la escritura de la hipoteca. Si el titular de la hipoteca desea una copia de la escritura, debe asumir su coste, que se sitúa entre 20 y 50 euros.
El resto de gastos asociados a la contratación de una hipoteca, como los de notaría, el registro, la gestoría y el Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados (AJD) relativo a la firma de la hipoteca, los asume el banco desde la aprobación de la Ley Hipotecaria de 2019.
3: Pedir más dinero del que realmente se puede pagar
Otro de los errores más comunes al pedir una hipoteca es solicitar un importe mayor del que realmente se puede devolver según los ingresos del solicitante. Para evitarlo, es fundamental utilizar un simulador de hipotecas y contar con la ayuda de un gestor especialista del banco.
Como regla general, se recomienda que el pago total de deuda, incluidas las cuotas hipotecarias, no supere el 30% de los ingresos netos mensuales. Un ejemplo práctico basado esta regla sería:
- Un solicitante de hipoteca tiene unos ingresos mensuales netos de 2.500 euros.
- Siguiendo la recomendación, el máximo que debería destinar al pago de sus deudas (incluyendo la hipoteca), es el 30% de 2.500 euros, es decir, 750 euros al mes.
- Si esta persona paga, por ejemplo, 200 euros en un préstamo personal, solo podría destinar 550 euros como máximo a la cuota de la hipoteca.
Como conclusión, si la cuota de hipoteca supera los 550 euros, podría suponer un riesgo financiero y dificultar el pago de otros gastos esenciales.
4: No revisar a fondo las condiciones del contrato
No revisar detenidamente el contrato hipotecario antes de firmarlo, puede suponer un error importante. Este documento incluye todos los términos y condiciones del préstamo hipotecario, como el tipo de interés, el cuadro de amortización y las posibles comisiones. Comprender cada cláusula es fundamental para gestionar correctamente el pago de las cuotas y afrontar posibles cambios, como, por ejemplo, si se desea realizar una amortización parcial o total del préstamo en el futuro.
5: No prever cambios en la situación económica
Prever la evolución de los ingresos personales a futuro puede ser complicado, pero es clave al solicitar una hipoteca, ya que supone un compromiso financiero a 20 o 30 años. Factores como la jubilación (con la posible reducción de ingresos) o la emancipación de los hijos pueden afectar a la economía familiar y, en consecuencia, a la capacidad de pago de las cuotas hipotecarias. Además, hay que prestar atención a los cambios externos que pueden influir en el precio de la hipoteca, como la evolución del euríbor que afecta a las hipotecas variables y mixtas.
Para garantizar la estabilidad financiera a largo plazo, es recomendable:
- Crear y mantener un fondo de emergencia.
- Invertir en productos de ahorro.
- Evitar aumentar la capacidad de endeudamiento con otros préstamos innecesarios.
6: Basar la decisión únicamente en el TIN y no en la TAE
El tipo de interés nominal (TIN) y la tasa anual equivalente (TAE) son dos indicadores que sirven para saber cuántos intereses va a pagar el cliente por su hipoteca. Mientras que el TIN solo tiene en cuenta cuánto cobra el banco por prestar dinero, la TAE contempla otros gastos como pueden ser comisiones o la contratación de un seguro para la hipoteca. Por tanto, la TAE refleja mejor cuánto va a pagar el cliente por su hipoteca. Sin embargo, el TIN es más útil para comparar a cuánto presta el dinero cada entidad bancaria.
7: No tener en cuenta las ventajas de una hipoteca bonificada
Las hipotecas bonificadas son iguales a las hipotecas normales, pero con la ventaja de que el tipo de interés que ofrece el banco al cliente es menor si contrata otros productos bancarios. La variedad de servicios que pueden ser contratados junto con la hipoteca es muy amplia, por ejemplo, la adquisición de un plan de pensiones, un seguro de vida, un seguro del hogar o una tarjeta de crédito.
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