matricula-
Conoce nuestros productos para Particulares
Cuentas bancarias Tarjetas bancarias Hipotecas Préstamos y créditos Ahorro Inversión Jubilación Seguros Renting Coches
Hazte cliente y crea tu cuenta1 en menos de 10 minutos con tu móvil
Abre tu cuenta online
1 Consulta el documento informativo de las comisiones
Buscador de oficinas Pide cita Correos Cash
Centro de ayuda Contacto Seguridad
Volver
Ahorro, inversión y jubilación

Cómo invertir según la edad: la regla del 120

Carlos S. Ponz - 25/07/2024
Compartir

Adaptar las inversiones a cada momento de la vida facilita alcanzar los objetivos vitales marcados a largo plazo.

A la hora de invertir, se puede adoptar una estrategia conservadora, en la que el principal objetivo es la preservación del capital; u otra en donde se tome un mayor o un menor nivel de riesgo según la rentabilidad potencial que se pretenda obtener. Entre los elementos que hay que tener presente al invertir está el de adaptar las inversiones que se realicen a la edad que tenga el inversor, ya que, de acuerdo con ella, se podrán tomar decisiones con mayor o menor riesgo.

En esta premisa se basa la regla del 120, que asegura que cuanto más joven se es, hay que intentar cosechar una mayor rentabilidad a través de la inversión en renta variable, con el objetivo de construir un patrimonio mayor de cara al futuro, aunque se asuma mayor riesgo. 

Qué es la regla del 120

La regla del 120 afirma que hay que estructurar la inversión de una persona de acuerdo con su edad. Para lograrlo, se debe restar al número 120 la edad del inversor: con ese resultado, se obtiene el porcentaje del capital que hay que destinar a la renta variable y asumir así un riesgo mayor para intentar cosechar un mayor rendimiento. El resto del patrimonio, en principio, habría que colocarlo en productos de renta fija, con un cariz más conservador, pero que también poseen un cierto nivel de riesgo.

De acuerdo con esta teoría, cuanta más edad tenga una persona, llevará a cabo inversiones menos arriesgadas, dado que estará más interesada en proteger su capital con vistas a su jubilación cercana, en tanto que otra más joven podrá tomar decisiones más ambiciosas, habida cuenta de que gozará de más tiempo para recuperarse en el caso de que algunos de sus movimientos en renta variable no salgan según lo esperado.

Puede interesarte: Conoce las opciones de inversión de Banco Sabadell, adaptadas a todos los niveles de riesgo según tu edad

Ejemplo práctico de la regla 120

Un inversor de 30 años está en condiciones óptimas de invertir el 90% de su dinero en renta variable, dejando apenas el 10% restante para otros productos de menor riesgo. Si mantiene esta cartera durante un periodo de tiempo elevado (de cinco a siete años), a pesar de las correcciones que puedan producirse en los mercados, es probable que obtenga un beneficio mayor que si hubiera optado por invertir todo en otras alternativas más conservadoras.

En otro supuesto, un trabajador de 60 años debería construir una cartera con alrededor de un 60% de renta variable y el 40% restante en renta fija, teniendo la mente puesta en procurar consolidar una base estable de patrimonio para mantener su nivel de vida y su poder adquisitivo una vez decida finalizar su carrera profesional.

Pros y contras de la regla del 120

La principal ventaja de la regla del 120 es que permite redistribuir periódicamente los productos financieros de una cartera de inversión. El rebalanceo que propone esta estrategia hace que, cada cierto tiempo, haya que evaluar qué peso tiene cada inversión en una cartera y ajustarla para cumplir con el equilibrio entre renta fija y renta variable.

Por otro lado, su principal hándicap es que, al no tener en cuenta la situación de los mercados ni el momento del ciclo económico, existe la amenaza de comenzar a implementarla en una coyuntura inmediatamente previa al inicio de un rally bajista, cuando es probable que haya una alta volatilidad en las cotizaciones. 

Otras reglas de inversión

Además de la regla del 120, existen otras estrategias que intentan ayudar a aquellos inversores menos proclives a invertir a que se animen a hacerlo.

Por ejemplo, la regla del 72 se basa en la premisa de cuánto tiempo necesita una persona para duplicar su capital inicial. Si se divide por 72 el tipo de interés de una inversión, el resultado que se obtiene es el número de años en que el patrimonio teóricamente se doblará. Sin embargo, esta regla tiene el problema de que da por hecho que toda la rentabilidad que se logra se vuelve otra vez a reinvertir, obviando las incidencias que se dan a lo largo de la vida de cualquier persona así como la posible volatilidad de los mercados.

Otra opción es la regla del 115, que sirve para conocer cuánto tiempo se tarda en triplicar una inversión. En realidad, se trata de hacer la misma operación que con la del 72, pero utilizando en su lugar el número 115. Tiene, por lo tanto, el mismo inconveniente que la anterior.

Puede interesarte: Teoría de los Cubos: cómo ahorrar y diversificar a la vez

También existe la regla del 70, que intenta averiguar cuánto tardará la inflación en reducir a la mitad una determinada cantidad de dinero. Para conocer este dato, basta con dividir el número 70 entre la tasa de inflación esperada. Este cálculo suele tener utilidad en un contexto de elevada inflación, donde el dinero se deprecia muy rápido.

¿Tienes alguna duda sobre cómo invertir? Consulta en cualquier momento con uno de nuestros gestores especializados a través de una cita previa sin ningún compromiso.

Fotografía de Isabella Fischer en Unplash

Compartir


Link
matricula-

Invierte tu dinero según tu perfil y objetivos

Elige la inversión que mejor se adapte a tu perfil de riesgo y a tus preferencias.

Conoce másConoce más

Lo último

Empresas   - 21/01/2025

¿Qué es el balance de una empresa y cómo se hace? Banco Sabadell, Publicidad

El balance de situación de una empresa es un documento clave para conocer su estado financiero en un momento determinado y poder tomar decisiones sobre su gestión. Además, es fundamental para realizar una planificación exhaustiva sobre la compañía e implementar, si es necesario, modificaciones en su plan de negocio. A continuación, explicamos en qué consiste el balance de una empresa y qué ventajas ofrece.

¿Qué es el balance de una empresa o balance de situación?

El balance general o de situación de una empresa es un documento de carácter contable y financiero que refleja su estado económico y patrimonial en un momento dado. 

En términos generales, el balance de una empresa ofrece información detallada sobre la situación de sus activos, su pasivo y su capital. A través de un balance de situación es posible conocer la salud financiera de una compañía y de qué manera se están utilizando los recursos de los que dispone. Entre otros ámbitos, permite obtener información objetiva sobre la capacidad de pago de la entidad, su liquidez, las necesidades de financiación, el nivel de endeudamiento que posee o su ratio de solvencia.

Recuerda que en Banco Sabadell puedes acceder a una amplia gama de servicios para empresas.

A través de un balance de situación es posible: 

  • Tomar decisiones financieras más informadas basándose en el nivel de solvencia de la compañía.
  • Formalizar alianzas estratégicas con nuevos socios en igualdad de condiciones.
  • Prevenir posibles necesidades a futuro, provisionando los recursos que puedan ser necesarios para alcanzar los objetivos que se definen en el plan de negocio.
  • Captar un mayor interés por parte de potenciales inversores.

¿Qué incluye el balance de una empresa?

A continuación analizamos lo que contiene cada uno de los apartados de un balance de situación:

  • Activo. Se divide entre el activo corriente y el activo no corriente:
    • Activo corriente. Es el activo líquido de la empresa cuyo ciclo económico es inferior a un año. Los productos que hay en el almacén o el dinero en la cuenta corriente de la empresa son ejemplo de activos corrientes.
    • Activo no corriente. Incluye los activos que la compañía no tiene intención de vender, como su inmovilizado material (local, maquinaria, almacén, etc.), el inmovilizado intangible (fondo de comercio o patentes en vigor) o las inversiones financieras que se tengan a largo plazo.
  • Patrimonio neto. Son todos los recursos financieros que no representan deuda para la compañía, como el capital social aportado por los socios.
  • Pasivo. Puede ser pasivo corriente o pasivo no corriente:
    • Pasivo corriente. Incluye las deudas que se cobrarán en el plazo de un año o menos, como los pagos a los proveedores.
    • Pasivo no corriente. Son las partidas que la empresa deberá pagar a terceros a más de un año vista.
En un balance de situación, por regla general, el activo se estructura de mayor a menor liquidez, mientras que el pasivo se organiza de mayor a menor exigibilidad. 

¿Cómo hacer el balance de una empresa?

Un balance de situación de una empresa se estructura en dos partes principales:

  • Activo. Son todos los bienes y derechos con los que cuenta la organización.
  • Patrimonio neto y pasivo. Incluyen los recursos que se han utilizado para conseguir el activo de la empresa.

Es preciso que, en el balance de situación, el activo sea igual a la suma del patrimonio neto y el pasivo.

 Ventajas de tener un balance de empresa

Las principales ventajas para una empresa de realizar un balance de situación son:

  • Proporcionar una visión clara y detallada de la situación financiera de la compañía en un momento determinado.
  • Ofrecer una panorámica integral de los recursos disponibles, las obligaciones y la inversión de los accionistas.
  • Facilitar la toma de decisiones a los directivos al proporcionar información detallada sobre la liquidez, la solvencia y la rentabilidad de la empresa. 
  • Evaluar la capacidad de la empresa para cubrir sus deudas, gestionar recursos y generar beneficios.
  • Brindar una comprensión clara y transparente de las finanzas de la empresa. 
  • Cumplir con los requisitos legales y con la normativa vigente. 
  • Anticipar con mayor claridad las eventualidades de cara a futuro a las que deberá enfrentarse la compañía.
Fotografia de Freepik

Leer artículo
Préstamos y financiación   - 20/01/2025

Cómo financiar tus vacaciones con un préstamo para viajes Banco Sabadell, Publicidad

Viajar en vacaciones es un objetivo para muchas personas después de todo un año estudiando o trabajando. Sin embargo, para poder costear económicamente las vacaciones, a veces se recurre a un préstamo o crédito. A continuación, explicamos cómo acceder a un préstamo para financiar las vacaciones y de qué manera es posible establecer un presupuesto para concretar el dinero que será necesario.

¿Con cuánto dinero se puede viajar?

El Banco de España señala que cualquier persona que salga de España está obligada a declarar el dinero en efectivo que lleva encima cuando el importe transportado sea igual o superior a 10.000 euros. Por ello, cuando se viaja quizá es una buena idea usar una tarjeta bancaria para pagar las compras y para poder sacar dinero de cajeros automáticos. 

Además, mientras se viaja, tanto al extranjero como en territorio nacional, es posible pagar con tarjeta a través del teléfono móvil, de modo que se agilice cualquier transacción que se tenga que hacer, como, pagar una comida o un billete de tren. 

Para concretar del modo más objetivo posible el volumen de gastos que se tendrán durante el viaje puede ser una buena idea fijar un presupuesto en base a dos elementos fundamentales:

  • Gastos previos al viaje. Incluyen la documentación que se va a necesitar (por ejemplo, renovar el pasaporte o solicitar un visado), la posible necesidad de ponerse alguna vacuna o contratar un seguro de viaje.
  • Gastos durante el viaje. Son los gastos de desplazamiento (vuelos, trenes, transporte público, taxis, etc.) y de alojamiento (hoteles, hostales o casas rurales). Además, es recomendable incluir el coste aproximado que tendrá la comida, las visitas turísticas que se quieran realizar (por ejemplo, a un museo) y los regalos y otras compras que se llevarán a cabo. También es una buena idea incluir una partida para posibles imprevistos que puedan surgir, como comprar medicamentos si alguien se pone enfermo o ropa porque se ha roto o extraviado la que se llevaba.

Préstamos para vacaciones: Características y beneficios

Además del ahorro que se haya podido conseguir, una manera de financiar las vacaciones es a través de un préstamo para viajes. Además de este producto, existen otros tipos de préstamos personales que es posible contratar, por lo que es recomendable solicitar el asesoramiento de un gestor profesional del banco para encontrar el préstamo que mejor puede adecuarse a las necesidades de cada persona.

Antes de realizar la solicitud, es importante saber qué tener en cuenta para solicitar un préstamo

  • Edad. Hay que tener más de 18 años para poder solicitar un préstamo.
  • Residencia en España. Es frecuente que el banco pida al solicitante que confirme que cuenta con su residencia en España, aunque se tenga nacionalidad extranjera.
  • Antigüedad. Algunos bancos piden que se sea cliente con más de 6 meses de antigüedad para poder contar con cierto histórico.
  • Solvencia económica. Permite demostrar que se podrá devolver el dinero prestado. Disponer de unos ingresos estables y no contar con otras deudas son elementos clave para que una persona pueda mejorar la solvencia económica.

Consejos para gestionar un préstamo para viajar

Para poder gestionar un préstamo en las mejores condiciones es recomendable:

  • Evaluar la situación financiera personal del titular en el presente y las expectativas que existen de cara al futuro, de manera que se pueda asegurar lo máximo posible en todo momento el pago de las cuotas.
  • Mantener en un nivel bajo la capacidad de endeudamiento para no comprometer posibles necesidades de financiación a futuro como, por ejemplo, a la hora de suscribir una hipoteca.
  • Usar el crédito de manera responsable, procurando ajustarse al presupuesto que se ha fijado para el viaje.

 Fotografía de Freepik


Leer artículo
Ahorro, inversión y jubilación   - 17/01/2025

Gestión discrecional de carteras: qué es y qué ventajas ofrece Banco Sabadell, Publicidad

Un servicio de gestión discrecional de carteras permite a un inversor delegar sus inversiones en manos de profesionales expertos. De este modo, podrá contar con la tranquilidad de una gestión profesional de su cartera, que intentará responder a su perfil de riesgo y a sus expectativas de rentabilidad. A continuación, explicamos en qué consiste la gestión discrecional de carteras y qué beneficios ofrece.

¿Qué es la gestión discrecional de carteras?

La gestión discrecional de carteras es un modelo de gestión de las inversiones en el que las decisiones de comprar o vender activos las toman un equipo de profesionales. Es decir, que es posible delegar la gestión y administración de las inversiones en manos de expertos que pueden decidir qué movimientos financieros llevar a cabo para intentar obtener rentabilidad para su cliente, atendiendo a su perfil de riesgo.

Habitualmente, cuando se contrata un servicio de gestión discrecional de carteras, los profesionales se encargan del proceso de inversión sin necesidad de tener que consultar cada movimiento con el cliente, aunque este puede consultar en todo momento información sobre su cartera y cómo evolucionan sus inversiones.

Aunque en un servicio de gestión discrecional de carteras los fondos de inversión suelen ser los productos más contratados, también es frecuente que se suscriban productos estructurados así como activos alternativos como el private equity o el real estate.

¿A quién va dirigido un servicio de gestión discrecional de carteras?

Normalmente, los inversores que deciden contratar este servicio lo hacen por distintas motivaciones. Por ejemplo, en ocasiones un cliente puede no contar con los conocimientos adecuados para analizar el mercado y algunos de sus activos, como fondos de inversión o acciones, mientras que en otros casos es posible que no disponga del tiempo para evaluar adecuadamente sus inversiones. En cualquier caso, todos ellos tienen la confianza adecuada tanto en la entidad financiera como en los profesionales que trabajan en ella para delegar la administración activa de sus inversiones.

Al contratar un servicio de gestión discrecional de carteras, el cliente habitualmente recibirá con carácter periódico informes financieros con los movimientos que se han efectuado y los resultados que se estén logrando.

¿Cómo delegar mis inversiones en un experto?

Aunque es posible contratar online un servicio de gestión discrecional de carteras, puede ser oportuno solicitar previamente una reunión con un gestor profesional del banco, quien podrá ayudar a solventar cualquier duda que pueda surgir.

En cualquier caso, antes de que se haga efectiva la delegación de las inversiones de un cliente, el banco le solicitará realizar un test de idoneidad para conocer sus objetivos financieros, su aversión al riesgo y el horizonte temporal de inversión que maneja. Gracias a toda esta información, será posible establecer su perfil de inversión y el servicio de gestión discrecional de carteras del cliente más adecuado.

Por regla general, en un servicio de gestión discrecional de carteras, el profesional suele ocuparse de:

  • Analizar y monitorizar las posibles inversiones a realizar para su cliente.
  • Fijar y establecer la distribución de los activos de la cartera del cliente, tomando como referencia su nivel de tolerancia al riesgo.
  • Gestionar la cartera de acuerdo a su criterio profesional y a la situación del mercado.
  • Decidir el momento de compra y de venta de cada activo de la cartera de su cliente.

¿Qué ventajas ofrece la gestión discrecional de carteras?

Un servicio de gestión discrecional de carteras aporta las siguientes ventajas:

  • Conocimientos financieros expertos y profesionalidad. El dinero del inversor está gestionado por profesionales financieros con experiencia.
  • Objetividad. Al delegar la gestión de las inversiones en profesionales, se evita cualquier sesgo emocional a la hora de tomar decisiones de compra o de venta de los activos, lo que es probable que se traduzca en un mejor rendimiento financiero en el largo plazo. Es decir, que los expertos en los que se ha delegado la gestión de las inversiones utilizan criterios profesionales para la toma de decisiones, impidiendo que se pueda actuar de manera impulsiva ante, por ejemplo, una corrección de los  mercados.
  • Gestión flexible y activa. Los profesionales que se ocupan de la gestión de los activos de un cliente pueden adaptarse con rapidez a los cambios del mercado, buscando en todo momento las mejores oportunidades de inversión.
  • Aportaciones. El cliente puede realizar en cualquier momento aportaciones a su cartera o programarlas para que se lleven a cabo de manera periódica.
  • Diversificación. Es frecuente que, gracias al conocimiento de los profesionales financieros, la cartera de un inversor esté mejor balanceada y diversificada, con mejores expectativas de rentabilidad-riesgo a largo plazo.
  • Transparencia. En todo momento, el inversor puede consultar el estado de sus inversiones, pudiendo efectuar un seguimiento digital permanente a través del servicio de banca digital.
  • Ahorro de costes. Normalmente, los asesores financieros tienen acceso a productos en mejores condiciones que un inversor particular. Además, es probable que contraten sólo las denominadas clases limpias de fondos, en las que no existe pago de retrocesiones.
  • Beneficios fiscales. En una gestión discrecional de carteras, en el caso de personas físicas residentes, sólo tributan los beneficios cuando se lleva a cabo el reembolso de la inversión.

En definitiva, la gestión discrecional de carteras puede ser una opción de gestión de las inversiones muy interesante para aquellos inversores que desean optimizar mejor sus inversiones. En cualquier caso, siempre es recomendable solicitar mayor información sobre este servicio recurriendo al asesoramiento de un gestor del banco.

Fotografía de Freepik

Leer artículo