Para disfrutar de la jubilación es recomendable seguir ciertas pautas, como crear nuevas rutinas y no rendirse al aburrimiento.
La jubilación, ese momento tan ansiado para todos los trabajadores, también puede convertirse en algo amargo si no se toman determinadas medidas y se tienen en cuenta algunos consejos para disfrutar plenamente del retiro laboral.
Si bien dejar de trabajar es una meta para muchos, la ausencia de una rutina y dejar de sentirse productivos dentro del mercado laboral se convierten, en ocasiones, en impedimentos o distracciones que pueden alejar del merecido descanso y la relajación.
Por eso es importante evitar cometer los errores más comunes cuando uno se jubila:
1. Pensar que jubilarse es igual a jubilarse de la vida
La vida no se acaba una vez se termina el trabajo, sino todo lo contrario. Ahora es el mejor momento para divertirse y dedicarse tiempo. Lejos de pensar que se deja de ser productivo, hay que ver la jubilación como una oportunidad para hacer lo que uno quiera, disfrutar de la etapa final de la vida sin renunciar a la vitalidad y a la calidad de vida.
2. Empezar a ahorrar tarde (o no hacerlo)
Durante la jubilación, se deja de percibir un salario y, aunque contemos con la pensión, puede que esta no sea suficiente para mantener el nivel de vida e incluso hay casos en los que no basta para cubrir gastos básicos. Por este motivo, hay que empezar a ahorrar desde muy temprano, pensando en el futuro, para asegurarse una base sólida y que sabemos que siempre va a estar ahí.
Muchas veces se empieza demasiado tarde a ahorrar o ni siquiera se llega a hacer porque no se piensa en la jubilación. Parece que ese momento de la vida está muy lejos, pero cuanto antes se comience, mayor será el colchón y menores las preocupaciones que nos persigan o puedan surgir en un retiro que, ante todo, debería ser calmado.
3. Sentir que ya no se es útil
El retiro laboral puede derivar en un sentimiento de inutilidad. Dejar de trabajar y ser productivo es, lejos de un aliciente en muchos casos, un motivo por el que deprimirse y sentirse alicaído. Muchos jubilados sienten que ya no les necesitan para nada, dejan de tener una rutina y caen en el aburrimiento, la soledad y la inactividad. Para evitarlo, lo mejor es adquirir una nueva rutina, pero esta vez, planificándola con nuestros intereses, practicando hobbies, aprovechando el tiempo para hacer lo que realmente nos gusta.
Pintar, hacer manualidades, viajar, practicar deporte, ir al cine o al teatro, leer, escribir, etc. Cualquier actividad es buena si se le dedican determinadas horas del día que marquen nuestra nueva rutina de jubilado. Y, si no se tiene ninguna afición concreta, ¿por qué no ayudar a los demás? Los voluntariados son una oportunidad perfecta para prestar nuestra energía a quien la necesita, ya sea con pequeños o grandes gestos, además, ayudará a que nos sintamos útiles.
Otro punto que no debe descuidarse es el de las amistades. Jubilarse implica mayor tiempo que poder invertir en amigos y familia, con quienes también se pueden practicar actividades, apuntarse a cursos juntos, planificar viajes, etc.
4. Convertirse en cuidador
El tiempo libre que deja la jubilación no es una excusa para convertirse en el ‘chico de los recados’ ni en ‘canguro oficial’. Cuidar de los nietos es una bendición para muchos abuelos, pero sin perder de vista que hay que disfrutar de uno mismo, no convertirse en cuidador. La jubilación es de uno mismo, un retiro laboral ganado tras décadas de mucho trabajo que hay que disfrutar.
Hay que evitar descuidarse (sin caer en el egoísmo) y abandonarse a los demás y al aburrimiento no es una opción: hay que salir, disfrutar cada momento y regocijarse en el retiro, aprovechar el tiempo como queramos y ver la jubilación como unas vacaciones muy merecidas sin fecha de caducidad.
5. Olvidarse de la salud
La jubilación llega en la última etapa de la vida, esa misma en la que la salud comienza a debilitarse y se desarrollan patologías y problemas que en la juventud no se tenían. Es difícil asumirlo, pero con la edad también hay que preocuparse por la salud y cuidarse, ya sea haciendo ejercicio, cuidando la dieta, paseando, ejercitando la mente y el ingenio. Y, por último, el error más común es no disfrutar del merecido descanso que todo trabajador se merece en la jubilación, una etapa muy dulce y divertida si uno aprende a relajarse y a vivir de forma plena.
Fotografía de Vlad Sargu en Unsplash